Un pacto en crisis
En los últimos meses, el sistema de salud chileno ha sido escenario de una tensión inédita que va más allá de la infraestructura o la cobertura: el cuestionamiento profundo al rol social y ético de la profesión médica. Desde comienzos de 2025, se han denunciado casos de emisión de licencias médicas sin diagnóstico clínico fundamentado, incumplimientos contractuales y conductas profesionales que no se ajustan a los principios éticos tradicionales. Este fenómeno ha generado una erosión palpable en la confianza ciudadana hacia quienes históricamente han sido custodios de la salud pública y privada.
Voces enfrentadas, un debate sin filtros
En el centro de este debate, se enfrentan diversas perspectivas que reflejan la complejidad del desafío.
Desde el sector médico tradicional, la vicedecana de la Facultad de Medicina UDP, Dra. Karin Kleinsteuber Sáa, advierte que “estas situaciones, aunque minoritarias, amenazan con dañar la confianza pública y debilitar el vínculo entre la medicina y la sociedad”. Para ella, la raíz del problema está en la pérdida del compromiso ético que debe guiar el ejercicio profesional y que va más allá del mero cumplimiento contractual.
Por otro lado, sectores críticos al sistema de salud señalan que la transaccionalidad creciente y las presiones económicas sobre los médicos, tanto en el ámbito público como privado, han generado un ambiente donde la medicina se ve forzada a operar bajo lógicas mercantiles, lo que tensiona la vocación y responsabilidad social del profesional.
Desde la ciudadanía, la percepción es ambivalente: mientras algunos pacientes expresan frustración y desconfianza, otros reconocen la complejidad de un sistema que enfrenta dificultades estructurales y que no puede cargar toda la culpa sobre los médicos.
Un desafío para la formación médica
Una de las conclusiones más unánimes es la necesidad urgente de revisar los procesos formativos. Las Facultades de Medicina del país están en el centro del debate, llamadas a no solo formar clínicos competentes, sino también profesionales con una sólida conciencia ética y compromiso social.
El Dr. Matías González Tugas, decano de la Facultad de Medicina UDP, sostiene que “educar médicos hoy implica asegurar que internalicen una mirada crítica sobre el entorno en que ejercen y un sentido profundo de responsabilidad hacia la comunidad”. Sin esta renovación, advierten, el valor social de la profesión corre serio riesgo.
Contexto y consecuencias visibles
Este quiebre no ocurre en el vacío. Chile enfrenta desafíos crecientes en salud pública, con listas de espera prolongadas, financiamiento insuficiente y desigualdades persistentes. En este escenario, la confianza en el médico se vuelve un pilar fundamental para la cohesión social y la efectividad del sistema.
La pérdida de confianza amenaza con generar un círculo vicioso: menor credibilidad puede traducirse en menor adherencia a tratamientos, más conflictos en la atención y una crisis institucional más profunda. Además, la fractura en la relación médico-paciente puede tener consecuencias en la salud mental de ambos actores y en la percepción pública de la medicina como vocación.
Verdades concluyentes y caminos por recorrer
La crisis actual revela una verdad incómoda: la medicina chilena no está exenta de tensiones éticas y sociales que reflejan un país en transformación y un sistema de salud bajo presión constante. No se trata de demonizar a los profesionales ni de minimizar las dificultades estructurales, sino de reconocer que el pacto social que sostiene la medicina debe ser renovado con honestidad y compromiso.
En definitiva, el desafío es colectivo: profesionales, instituciones formadoras, autoridades y sociedad civil deben dialogar para reconstruir la confianza perdida. Solo así se podrá preservar la dimensión humana y social de la medicina, que es la base para un sistema de salud justo y efectivo.
Fuentes: CIPER Chile (04.06.2025), declaraciones de Dra. Karin Kleinsteuber Sáa y Dr. Matías González Tugas, Facultad de Medicina UDP.
2025-11-02