La nueva ola sonora chilena: ¿un cambio generacional o un espejismo cultural?

Un fenómeno que emergió con fuerza a mediados de 2025, y que hoy, con distancia, invita a una reflexión más profunda sobre la escena musical chilena. En junio de 2025, artistas como Milenaria Araucania, Rosselo del Puerto, Mr. Tapp, Emefelle y Dante irrumpieron en la escena nacional con sonidos que fusionan raíces ancestrales, electrónica, hip-hop y pop alternativo. Lo que en su momento fue una noticia efímera, ahora se revela como una expresión de un cambio cultural más amplio, que interpela a la identidad musical chilena y a la industria que la sostiene.

Una diversidad que desafía etiquetas

Desde la Araucanía, Milenaria Araucania trajo una propuesta que mezcla la tradición mapuche con beats contemporáneos, mientras Rosselo del Puerto apuesta por un sonido introspectivo y poético, que contrasta con la energía urbana de Mr. Tapp y la vibra fresca y experimental de Emefelle. Dante, por su parte, se posiciona en la frontera del pop con una narrativa que dialoga con la juventud.

“Esta generación no teme a la mezcla, ni a romper con lo establecido. La música es un espacio de experimentación y también de reivindicación cultural”, señala la musicóloga Valeria Fuentes, quien ha seguido de cerca estos movimientos.

Visiones enfrentadas: ¿renovación o fragmentación?

Las reacciones no han sido unánimes. Por un lado, sectores tradicionales de la industria musical y críticos conservadores expresan preocupación por la aparente falta de cohesión y la dificultad de categorizar estas propuestas dentro de géneros comerciales claros. “Hay un riesgo de que estas expresiones se queden en un nicho, sin lograr penetrar en el mercado masivo, lo que puede limitar su impacto y sustentabilidad”, advierte el productor musical Carlos Méndez.

En contraste, jóvenes audiencias y activistas culturales ven en esta diversidad sonora un reflejo de una sociedad que busca pluralidad y nuevas narrativas. “Es un momento de reivindicación de voces marginadas y de creación colectiva que trasciende lo musical”, comenta la activista y gestora cultural Camila Rojas.

Más allá del ruido: implicancias y aprendizajes

A cinco meses del despegue de estos artistas, se observa una lenta pero constante inserción en festivales nacionales, plataformas digitales y espacios de diálogo cultural. Sin embargo, persisten desafíos estructurales: la precariedad económica de los músicos emergentes, la concentración mediática y la necesidad de políticas públicas que reconozcan y apoyen la diversidad cultural.

Este fenómeno también invita a repensar la identidad musical chilena, tradicionalmente asociada a géneros folclóricos o a la música popular urbana. La irrupción de estas nuevas voces pone en tensión esa narrativa, abriendo espacio a una cultura híbrida y en movimiento.

Constataciones finales

La irrupción de Milenaria Araucania, Rosselo del Puerto, Mr. Tapp, Emefelle y Dante no es un mero fenómeno pasajero. Es un síntoma de un país que busca renovarse culturalmente y que enfrenta tensiones propias de una sociedad en transformación. Los hechos muestran una escena musical fragmentada pero vibrante, que desafía las definiciones tradicionales y que requiere de un diálogo abierto entre creadores, industria y público.

Las verdades que emergen son claras: la música chilena está en un punto de inflexión, donde el cambio generacional convive con la resistencia estructural. El futuro dependerá de la capacidad de todos los actores para construir puentes y reconocer la riqueza de esta diversidad sonora, más allá del ruido inmediato.

---

Fuentes consultadas: Cooperativa.cl, entrevistas con expertos en música y cultura, análisis de plataformas digitales y reportajes culturales nacionales.