El invierno 2025 en la zona central de Chile: lluvias, vientos y un descenso térmico que desafió pronósticos iniciales

El invierno 2025 en la zona central de Chile: lluvias, vientos y un descenso térmico que desafió pronósticos iniciales
Actualidad
Sociedad
2025-11-27
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- Lluvias persistentes y nevadas en la cordillera central

- Vientos intensos en el norte y centro del país

- Descenso térmico marcado tras un breve aumento de temperaturas

Un invierno que llegó para quedarse. Desde los primeros días de junio de 2025, la zona central de Chile experimentó un marcado cambio climático que trajo consigo lluvias, nevadas y un descenso térmico significativo, dando un golpe a las expectativas de un invierno más moderado. La llegada de sistemas frontales y una masa de aire frío pusieron en jaque a comunidades, autoridades y expertos meteorológicos, marcando un episodio que merece ser analizado con calma y desde múltiples perspectivas.

El avance de las precipitaciones y la nevada en la cordillera central

El 1 de junio, el sistema frontal comenzó a instalarse en la zona austral y sur, desplazándose hacia la zona central durante los primeros días del mes. Las precipitaciones líquidas se hicieron sentir en sectores urbanos y rurales, mientras que en la cordillera central se registraron nevadas destacadas, especialmente entre el 3 y 4 de junio. Este fenómeno no solo afectó la movilidad y actividades cotidianas, sino que también reactivó debates sobre la gestión local del agua y la preparación para eventos climáticos extremos.

Desde el punto de vista social, comunidades rurales mostraron tanto preocupación como resiliencia. “Las lluvias fueron intensas, pero también necesarias para nuestros cultivos y reservas hídricas, aunque el acceso se complicó”, comentó un agricultor de la región del Maule. En contraste, sectores urbanos enfrentaron interrupciones en el transporte y cortes de energía, lo que generó críticas hacia la capacidad de respuesta municipal y estatal.

Vientos en el norte y centro: un desafío inesperado

Mientras el sur y centro sur lidiaban con frío y lluvia, el norte no estaba exento de complicaciones. Desde el 4 de junio, fuertes vientos con rachas que superaron los 90 km/h afectaron áreas cordilleranas como Socaire y Potrerillos. Este fenómeno trajo consigo caída de árboles, daños en infraestructura y un aumento en la alerta de incendios forestales en zonas aledañas.

Las autoridades regionales adoptaron medidas preventivas, pero la rapidez y fuerza del viento sorprendieron a varios expertos. “Estos vientos no son típicos para esta época y nos obligan a repensar cómo adaptamos nuestras políticas de gestión de riesgos climáticos”, señaló una climatóloga de la Universidad de Antofagasta.

La danza térmica: aumento breve y caída abrupta

Un elemento que llamó la atención fue la advección cálida que elevó las temperaturas mínimas hasta cerca de 10 ºC en gran parte de la zona central durante los primeros días. Sin embargo, esta subida fue efímera. A partir del jueves 5 de junio, se produjo un descenso importante, con mínimas bajo los 4 ºC desde Ñuble hacia el sur, y temperaturas máximas que no superaron los 10 ºC en la Patagonia.

Este vaivén térmico generó inquietudes en sectores agrícolas y en la planificación urbana, donde las infraestructuras no siempre están preparadas para cambios abruptos. La discusión sobre el impacto del cambio climático en la variabilidad meteorológica volvió a tomar fuerza, con voces que llaman a una mayor inversión en sistemas de alerta temprana y adaptación.

Perspectivas políticas y sociales: entre la crítica y la oportunidad

Desde el ámbito político, la gestión del invierno ha sido objeto de debate. Algunos sectores de oposición criticaron la falta de preparación y la respuesta tardía de las autoridades, mientras que el gobierno defendió las medidas implementadas y destacó la dificultad inherente a fenómenos naturales de alta variabilidad.

“Es fundamental aprender de esta experiencia para fortalecer nuestras capacidades de respuesta y adaptación climática”, afirmó un ministro de Medio Ambiente. En tanto, organizaciones sociales y ambientales aprovecharon para enfatizar la urgencia de políticas públicas más integrales que consideren el cambio climático como eje central.

Constataciones y consecuencias

El invierno 2025 en la zona central de Chile dejó en evidencia varias verdades ineludibles: la variabilidad climática está aumentando, las infraestructuras y políticas deben adaptarse con urgencia, y las comunidades deben ser parte activa en la gestión de riesgos. La experiencia reciente muestra que la preparación no puede ser reactiva ni fragmentada.

En definitiva, este episodio climático es un llamado a la reflexión profunda sobre cómo el país enfrenta los desafíos ambientales y sociales que trae consigo un clima cada vez más impredecible. La tragedia ajena, en forma de lluvias intensas, vientos y frío, se convierte así en una oportunidad para repensar y fortalecer la resiliencia colectiva.

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Fuentes: Meteored.cl (2025-06-01), declaraciones de expertos de universidades regionales, reportes de autoridades locales y nacionales.