Disturbios tras la victoria del PSG: ¿celebración o descontrol? : La fractura entre fiesta y violencia en las calles de París

Disturbios tras la victoria del PSG: ¿celebración o descontrol? : La fractura entre fiesta y violencia en las calles de París
Internacional
Europa
2025-11-27
Fuentes
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- Dos muertos en medio de festejos que derivaron en caos.

- Más de 500 detenidos y cientos de heridos, incluidos policías.

- La tensión entre una mayoría pacífica y una minoría violenta que marcó la jornada.

El 1 de junio de 2025, París fue escenario de una celebración que se tornó trágica. El Paris Saint-Germain (PSG) conquistó la Champions League por primera vez en su historia, un hito deportivo que debería haber sido motivo de júbilo masivo. Sin embargo, la noche terminó con dos muertos, más de 500 detenidos y casi 200 heridos, entre ellos policías y bomberos. Esta dualidad entre fiesta y violencia revela tensiones sociales profundas que se hicieron visibles en las calles de la capital francesa.

El primer fallecido fue un joven de 17 años apuñalado en Dax, mientras que el segundo, un hombre de 23 años, murió atropellado en París mientras conducía un patinete eléctrico. Ambos hechos, aunque aislados, simbolizan la gravedad de los incidentes que acompañaron la celebración.

La policía desplegó un operativo masivo con más de 5.400 efectivos para contener la multitud. Pese a ello, el lanzamiento de bengalas, fuegos artificiales, incendios de vehículos y saqueos marcaron la noche, especialmente en zonas emblemáticas como los Campos Elíseos y el Parque de los Príncipes.

Desde el poder, el ministro del Interior Bruno Retailleau condenó con dureza la violencia, calificando a los responsables como una "minoría bárbara" que empañó un momento histórico para los verdaderos aficionados. Por su parte, el alcalde de Dax expresó su consternación y urgió a esclarecer los crímenes cometidos.

Pero esta mirada oficial no es la única. Desde sectores sociales críticos, se apunta a que estos disturbios son un reflejo de las fracturas sociales que atraviesan Francia. La juventud marginalizada, con pocas oportunidades y enfrentada a un sistema percibido como excluyente, encontró en esta celebración un espacio para expresar su descontento, aunque de forma violenta y autodestructiva.

En contraste, la mayoría de los seguidores del PSG disfrutaron la victoria con cantos, bailes y luces en la Torre Eiffel, que se iluminó con los colores azul y rojo del club. El propio delantero estrella Ousmane Dembélé hizo un llamado a la calma, aunque sus palabras fueron insuficientes para frenar la escalada de violencia.

Este episodio no solo pone en evidencia las dificultades para gestionar grandes eventos en contextos urbanos complejos, sino también la tensión entre la celebración popular y el orden público. La coexistencia de una multitud pacífica con una minoría violenta plantea preguntas sobre las políticas de seguridad, integración social y el rol de las fuerzas del orden.

En definitiva, tras el estruendo de la victoria deportiva, quedan las secuelas visibles: pérdidas humanas, heridas físicas y sociales, y un desafío para las autoridades y la sociedad francesa. La lección es clara: la euforia colectiva puede convertirse en tragedia cuando las desigualdades y tensiones subyacentes no se abordan con profundidad.

Esta historia, contada con distancia y múltiples voces, invita a reflexionar sobre la complejidad de las celebraciones masivas en un mundo cada vez más fragmentado y polarizado.