Corte Suprema ordena reparación en colegio Almondale Lomas tras caso de bullying: un fallo que desnuda las grietas del sistema escolar

En un episodio que ha generado conmoción y debate sobre la responsabilidad de las instituciones educativas frente al acoso escolar, la Corte Suprema acogió en mayo de 2025 el recurso de protección presentado por los padres de un alumno del colegio Almondale Lomas en Concepción, quien intentó suicidarse tras sufrir bullying durante todo el año 2024. Este fallo, aunque no establece una condena directa al establecimiento, ordena la implementación de medidas reparatorias que han abierto un nuevo capítulo en la lucha contra el acoso en las escuelas chilenas.

El drama detrás del fallo

El joven afectado, estudiante de primero medio, soportó un hostigamiento sistemático que, según sus padres, fue ignorado o mal gestionado por el colegio. "Mi hijo llegó a un límite insoportable, y la respuesta del colegio fue insuficiente. Cambiaron a los agresores de curso, pero no hubo sanciones reales ni protección efectiva para él", relata Mariel Viera, madre del joven y parte demandante.

Desde la vereda institucional, Jorge Albarrán, encargado de Convivencia Escolar en Almondale Lomas, reconoció la voluntad de cumplir con el fallo judicial, pero advirtió que el plan de intervención diseñado no pudo ser aplicado en su totalidad. "El contexto nos impidió implementar todas las medidas recomendadas, por lo que consideramos que la demanda civil que prepara la familia no debería prosperar", afirmó.

Perspectivas encontradas: justicia, educación y derechos del menor

Este caso ha puesto en evidencia las tensiones entre la protección judicial de los derechos del menor y las capacidades reales de las escuelas para enfrentar el bullying. Para organizaciones de derechos humanos y expertos en educación, el fallo representa un avance al reconocer la necesidad de reparación, pero también un llamado a revisar los protocolos y recursos disponibles para garantizar ambientes seguros.

"No basta con cambiar de curso a los agresores; se requiere una transformación profunda en la cultura escolar y mecanismos efectivos de prevención y sanción", señala Ana María López, académica en psicología educativa.

Por otro lado, voces desde el sector educativo advierten sobre la sobrecarga que enfrentan los colegios y la falta de apoyo estatal para abordar estas problemáticas con la complejidad que requieren.

Consecuencias y lecciones

A medio año del fallo, el joven ya no está matriculado en Almondale Lomas, decisión tomada por su madre para protegerlo. Sin embargo, la demanda indemnizatoria que prepara la familia podría sentar precedentes importantes sobre la responsabilidad civil de los establecimientos educacionales frente al bullying.

Este caso desnuda una realidad incómoda: las instituciones muchas veces reaccionan tarde y con medidas insuficientes ante el acoso escolar, dejando a los estudiantes vulnerables y a sus familias en la búsqueda de justicia fuera del aula. La sentencia obliga a una reflexión profunda sobre cómo el sistema educativo chileno enfrenta estos desafíos, la necesidad de recursos adecuados y un compromiso real con la convivencia escolar.

En definitiva, la tragedia personal de un joven se convierte en el espejo de una problemática estructural, donde el coliseo está abierto y los actores, desde padres hasta jueces y educadores, deben asumir su papel con la gravedad que el tema exige.