Chile y su sismicidad: ¿Estamos realmente preparados?: Un examen a fondo tras los últimos temblores y las respuestas institucionales

Chile y su sismicidad: ¿Estamos realmente preparados?: Un examen a fondo tras los últimos temblores y las respuestas institucionales
Actualidad
Sociedad
2025-11-27
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- Frecuencia y profundidad de los sismos recientes en zonas clave.

- Debate sobre la preparación institucional y comunitaria.

- Diversidad de voces desde expertos, autoridades y ciudadanos afectados.

Un país que tiembla pero no siempre se estremece con la misma intensidad en su respuesta. Así se puede resumir la última serie de movimientos sísmicos que han sacudido a Chile durante los últimos meses, en un territorio que se encuentra en el límite de dos placas tectónicas, la de Nazca y la Sudamericana. El 31 de mayo de 2025, un sismo de magnitud 2.8 ocurrió a 37 km al noreste de Farellones, a 109 km de profundidad. Un evento menor en magnitud, pero que reavivó la discusión sobre la preparación y la cultura de prevención en un país acostumbrado a vivir con la amenaza latente de terremotos mayores.

La secuencia sísmica y su evolución

Desde principios de año, el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile ha reportado una serie de temblores que, aunque en su mayoría imperceptibles para la población, reflejan una actividad tectónica constante. La profundidad y ubicación de estos movimientos varían, pero todos recuerdan la fragilidad del territorio chileno ante la naturaleza. Estos datos científicos han sido clave para calibrar las alertas y las recomendaciones emitidas por el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

Voces desde el Estado y la academia

Desde el gobierno, se ha enfatizado la importancia de mantener actualizados los protocolos de emergencia y fortalecer la infraestructura antisísmica, especialmente en zonas urbanas y centros educativos. Sin embargo, expertos en sismología y gestión de riesgo advierten que la preparación no solo depende de obras físicas, sino también de una educación ciudadana constante y efectiva. El Dr. Rodrigo Morales, sismólogo de la Universidad de Chile, señala que "la profundidad de los sismos influye en la percepción del movimiento, pero el riesgo estructural permanece latente, por lo que no debemos bajar la guardia".

El pulso ciudadano: entre la resignación y la alerta

En las regiones más afectadas, las comunidades muestran una mezcla de aceptación y preocupación. Para algunos, los temblores menores son parte del paisaje cotidiano, casi un ruido de fondo. Para otros, especialmente en zonas rurales o con menor acceso a información, la incertidumbre crece, evidenciando brechas en la comunicación y la implementación de medidas preventivas. Organizaciones sociales han reclamado mayor inclusión en la planificación de emergencias, haciendo visible una tensión entre las políticas centralizadas y las realidades locales.

Contrastes y desafíos

El debate se polariza entre quienes confían en la tecnología y los sistemas de alerta temprana, y quienes apuntan a la necesidad de una transformación cultural más profunda que involucre a todos los actores sociales. Una dirigente comunitaria de la Región Metropolitana comenta: "No basta con tener alarmas, si la gente no sabe qué hacer cuando suenan". Esta disonancia cognitiva refleja un desafío mayor: cómo convertir la información y la preparación en acciones concretas y efectivas.

Constataciones y consecuencias

Lo que los hechos confirman es que Chile sigue siendo un país sísmico por excelencia, donde la naturaleza impone un ritmo propio y exigente. La preparación institucional ha avanzado, pero aún queda margen para integrar mejor a las comunidades y para fortalecer la educación en prevención. La experiencia reciente muestra que no basta con reaccionar ante el temblor, sino que es imprescindible anticiparse con políticas inclusivas, infraestructura adecuada y un compromiso ciudadano real.

En suma, el terremoto no solo sacude la tierra, sino también las estructuras sociales y políticas que deben sostener a un país que, día a día, aprende a convivir con su geografía en movimiento.