
En un escenario donde la inmediatez informativa suele opacar la reflexión, conviene detenerse a analizar cómo Netflix, desde su llegada y expansión en Chile a partir de 2011, se ha transformado en un actor central que no solo ofrece entretenimiento, sino que también moldea hábitos culturales, debates sociales y dinámicas económicas.En 2011, Netflix inició operaciones de streaming en América Latina, incluyendo Chile, marcando un punto de inflexión en la forma de consumir contenido audiovisual.
La evolución del catálogo y la apuesta por la diversidad
El catálogo que Netflix ofrece en Chile ha sido un reflejo de la globalización cultural y las tensiones que ello conlleva. Desde éxitos internacionales como Bridgerton, The Umbrella Academy y adaptaciones como Avatar: la leyenda de Aang, hasta producciones con fuerte impronta local o regional, la plataforma ha buscado equilibrar la demanda por narrativas universales con la necesidad de resonar en la identidad chilena.En 2024, Netflix lanzó nuevas temporadas de series icónicas y películas que han capturado la atención, como la tercera temporada de Bridgerton y la cuarta de The Umbrella Academy, además de producciones originales como Damisela y el regreso de Eddie Murphy en Un detective suelto en Hollywood: Axel F..
Sin embargo, esta diversidad también ha generado debates: mientras algunos sectores celebran la llegada de historias frescas y variadas, otros advierten sobre la homogeneización cultural y la pérdida de espacios para la producción nacional tradicional. La tensión entre el consumo global y la preservación cultural se vuelve palpable en las discusiones públicas, académicas y en redes sociales.Como señala la socióloga cultural María Fernanda Rojas, "Netflix no solo distribuye contenido, sino que también influye en qué historias se valoran y quién tiene acceso a contar su versión".
Impacto en la industria audiovisual y en los hábitos de consumo
La irrupción de Netflix ha provocado un cambio radical en la industria local. Por un lado, ha abierto nuevas oportunidades para realizadores y actores chilenos, incluyéndolos en proyectos de alcance global. Por otro, ha tensionado el modelo tradicional de televisión abierta y salas de cine, que enfrentan desafíos para retener audiencias.
Los hábitos de consumo también han cambiado: el binge-watching, la ausencia de horarios fijos y la personalización de la oferta han transformado la relación del público con la pantalla. Este fenómeno tiene consecuencias en la sociabilidad, la gestión del tiempo y la percepción del ocio.El periodista cultural Diego Vargas observa que "la plataforma ha instaurado una nueva forma de vivir el entretenimiento, que puede ser tanto liberadora como alienante".
Perspectivas políticas y sociales
Desde el espectro político, las opiniones se dividen. Algunos sectores ven en Netflix una oportunidad para democratizar el acceso a la cultura y fomentar la educación audiovisual. Otros alertan sobre el predominio de intereses corporativos extranjeros que pueden influir en la agenda cultural y económica del país.
A nivel social, la plataforma ha sido un espacio donde se visibilizan temáticas diversas, desde derechos humanos hasta debates de género y diversidad sexual, contribuyendo a la ampliación del debate público. Sin embargo, la crítica apunta a la necesidad de que estas voces no se queden en la superficie ni sean cooptadas por lógicas comerciales.
Conclusiones y desafíos futuros
La historia reciente de Netflix en Chile evidencia que el streaming es mucho más que una innovación tecnológica o un modelo de negocio: es un fenómeno cultural que reconfigura la manera en que nos relacionamos con las historias, con el tiempo libre y con la identidad.
Es cierto que la plataforma ha democratizado el acceso a una amplia gama de contenidos y ha abierto puertas para la industria nacional. Pero también ha planteado desafíos en términos de soberanía cultural, concentración mediática y transformación de hábitos sociales.
Por ello, la clave está en el equilibrio: aprovechar las oportunidades que ofrece el streaming, sin perder de vista la necesidad de fortalecer las producciones locales, promover la pluralidad de voces y fomentar un consumo crítico y consciente.
En definitiva, el imperio audiovisual que Netflix ha consolidado en Chile no es un destino inevitable, sino un campo de batalla donde se juegan las futuras formas de cultura, identidad y convivencia social.
2025-08-30
2025-08-29