Deportaciones desde EE.UU.: Un vuelo trae a Chile a más de 40 connacionales entre denuncias de maltrato y crisis humanitaria

Un vuelo charter con más de 40 chilenos deportados desde Estados Unidos aterrizó en Chile en junio de 2025, marcando un nuevo episodio en la crisis migratoria que afecta a miles de compatriotas en el extranjero. Este grupo fue expulsado tras el vencimiento de sus visas y otras causas administrativas, en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump.

Los retornados, muchos de ellos detenidos durante meses o años en centros migratorios, compartieron relatos que estremecen. Ricardo, uno de los deportados, describió cómo dormía en el suelo sin comida y sufrió pérdidas materiales y maltrato psicológico en centros de detención en Miami y Luisiana. Otro, José Fernández, denunció haber pasado más de dos años en condiciones infrahumanas pese a estar casado con ciudadana estadounidense y tramitar su residencia legal.

“Los sheriffs se ríen mientras nos tratan como perros”, afirmó Ricardo, reflejando la desprotección y discriminación estructural que enfrentan los migrantes latinos en Estados Unidos.

La precariedad no terminó con la deportación. Varios denunciaron haber sido expulsados sin ropa adecuada, con pertenencias limitadas a una bolsa plástica, y sin apoyo institucional a su llegada a Chile. La madre de Ángel Espinoza, otro deportado, criticó la ausencia de información oficial y asistencia para las familias afectadas.

Desde el Ministerio del Interior chileno se ha optado por la reserva, argumentando la protección de la privacidad de los deportados. Sin embargo, la llegada de estos vuelos ocurre en un momento de tensiones diplomáticas con Estados Unidos, agravadas por episodios como la fallida llamada del secretario de Estado estadounidense Marco Rubio al presidente Gabriel Boric, que fue canalizada finalmente a través del ministro de Relaciones Exteriores.

Los vuelos de deportación masiva y las condiciones denunciadas han reabierto el debate sobre la política migratoria chilena y su capacidad para proteger a sus ciudadanos en el exterior. La crítica apunta a la falta de un acompañamiento efectivo a los deportados y a la necesidad de una política migratoria que combine orden con respeto irrestricto a los derechos humanos.

Expertos en derechos humanos y organizaciones civiles advierten que la deportación masiva sin evaluación del arraigo y sin mecanismos de protección vulnera tratados internacionales y genera graves daños sociales y familiares. Vanesa Jabbaz, abogada especializada en migración, ha señalado que “se debe equilibrar la migración ordenada con la protección de derechos fundamentales, evitando separaciones familiares y decisiones arbitrarias”.

Para los deportados, el retorno es solo el inicio de una nueva lucha. Muchos regresan con heridas físicas y psicológicas, sin redes de apoyo ni certezas sobre su futuro. Sus testimonios constituyen un llamado urgente a repensar la respuesta estatal y a construir políticas que reconozcan la complejidad humana detrás de la migración.

Conclusiones:

- Las deportaciones masivas desde EE.UU. a Chile, con vuelos que traen decenas de personas, evidencian un fenómeno migratorio complejo que no puede abordarse solo desde la lógica del control fronterizo.

- Los relatos de maltrato, detención prolongada y condiciones precarias en centros migratorios estadounidenses muestran una crisis humanitaria que trasciende lo administrativo.

- La respuesta del Estado chileno ha sido insuficiente en términos de protección, acompañamiento y comunicación con las familias.

- La tensión diplomática entre Chile y EE.UU. añade una capa de complejidad que dificulta soluciones rápidas y efectivas.

- En definitiva, la situación demanda un enfoque integral, que considere el respeto a los derechos humanos, la dignidad de las personas y la necesidad de políticas migratorias justas y humanas.

Este episodio no es un caso aislado, sino parte de un fenómeno global donde la migración desafía las estructuras políticas y sociales, poniendo a prueba la capacidad de los Estados para responder con humanidad y eficacia.