El arancel de Trump y el terremoto en Hollywood: un choque entre proteccionismo y globalización

El arancel de Trump y el terremoto en Hollywood: un choque entre proteccionismo y globalización
Internacional
Estados Unidos
2025-11-27
Fuentes
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- Arancel del 100% a películas extranjeras anunciado sin detalles claros.

- Choque frontal entre la industria hollywoodense y la administración Trump.

- Riesgo de represalias y efectos económicos imprevisibles para el cine estadounidense.

En mayo de 2025, el expresidente Donald Trump sacudió la industria cinematográfica mundial con un anuncio que parecía salido de un libreto dramático: un arancel del 100% a todas las películas producidas en el extranjero que ingresaran a Estados Unidos. El 4 de mayo, Trump publicó en su plataforma Truth Social que la industria estadounidense estaba "muriendo rápidamente" debido a que otros países ofrecían incentivos para que las producciones migraran fuera del país. Este anuncio, hecho sin previo aviso a los principales actores del sector, abrió un escenario de incertidumbre y confrontación que aún hoy, a seis meses de distancia, sigue desplegando consecuencias y debates profundos.

El choque de fuerzas: proteccionismo versus globalización

Desde el corazón de Hollywood hasta los despachos en Washington, el arancel de Trump ha puesto en evidencia una tensión histórica: la lucha entre la defensa de la producción nacional y la realidad de una industria globalizada. Las productoras estadounidenses han desplazado parte de sus rodajes a países como Reino Unido, Canadá y México, atraídas por incentivos fiscales y costos más bajos. El director de Cine de la Universidad del Desarrollo, Andrés Waissbluth, señala que "lo que más molesta a Trump es que las empresas filmen fuera de Estados Unidos" y que esta medida busca revertir esa tendencia.

Pero el escenario no es tan simple. La industria cinematográfica de Estados Unidos no solo produce, sino que también exporta cultura y genera un superávit comercial significativo, con ingresos que en 2023 superaron los 15 mil millones de dólares. Los analistas de Barclays advirtieron que un arancel de esta magnitud podría perjudicar a la misma industria que se pretende proteger.

Voces enfrentadas: desde el Capitolio hasta los estudios

La reacción política fue inmediata y dividida. Algunos sectores republicanos apoyaron la medida como un acto de soberanía económica y cultural, mientras que demócratas y expertos en comercio alertaron sobre los riesgos de una guerra arancelaria que podría afectar la economía estadounidense en su conjunto.

En Hollywood, la sorpresa y el rechazo fueron unánimes. Ejecutivos de grandes estudios y plataformas de streaming expresaron su preocupación por la falta de claridad en la implementación y el impacto en las cadenas de producción y distribución. Un portavoz de la Casa Blanca afirmó que "la administración explora todas las opciones para proteger la seguridad nacional y económica, buscando que Hollywood vuelva a ser grande".

Consecuencias visibles y escenarios futuros

A medio año, los efectos ya se comienzan a percibir. Algunas producciones han reconsiderado sus planes de rodaje, mientras que la incertidumbre sobre posibles represalias comerciales ha generado nerviosismo entre los inversionistas. Las acciones de firmas como Netflix y Disney sufrieron caídas iniciales tras el anuncio, reflejando el temor a un impacto negativo en la industria.

Además, la amenaza de respuestas arancelarias desde Europa u otros mercados internacionales podría desencadenar un "doble golpe" para Hollywood, tanto en costos de producción como en acceso a mercados clave. Waissbluth advierte que "podría ser la propia industria la que lidere la oposición a esta política".

Reflexiones finales

Este episodio revela con crudeza las complejidades de una economía globalizada donde las fronteras culturales y comerciales se entrelazan. El arancel de Trump no solo es un intento de proteger un sector emblemático de Estados Unidos, sino también un reflejo de las tensiones internas sobre identidad, empleo y competitividad.

La historia no termina aquí. Lo que comenzó como un anuncio abrupto se ha transformado en un laboratorio de debates sobre el futuro del cine, el comercio internacional y las políticas proteccionistas. En definitiva, la medida expone que en el coliseo global, ningún actor puede aislarse sin consecuencias, y que la tragedia de uno puede ser también la del otro.