El fin del estudio histórico sobre salud femenina en EE.UU.: un golpe a la ciencia y a la equidad de género

El cierre del estudio más ambicioso sobre salud femenina en Estados Unidos ha desatado una tormenta de críticas y preocupación en la comunidad científica y social. El 6 de mayo de 2025, el gobierno de Donald Trump anunció la cancelación del financiamiento para la Iniciativa de Salud de la Mujer (WHI), un proyecto que desde los años 90 ha seguido a más de 160.000 mujeres, generando hallazgos clave sobre enfermedades crónicas y tratamientos médicos específicos para mujeres. Este anuncio, que se materializó con la terminación de contratos en cuatro centros regionales ubicados en California, Nueva York, Ohio y Carolina del Norte, implica que más de 40.000 participantes dejarán de ser monitoreadas activamente a partir de septiembre.

Un estudio pionero en la mira

"Es una pérdida enorme. No puedo expresar con palabras lo enorme que es", afirmó Marian Neuhouser, presidenta del comité directivo de la WHI. Este estudio fue diseñado para corregir décadas de sesgo de género en la investigación médica, contribuyendo a derribar mitos como la supuesta protección cardiaca de la terapia hormonal en la menopausia o la eficacia de suplementos vitamínicos frente a enfermedades graves.

La directora del centro coordinador en Stanford, Marcia Stefanick, calificó la medida como 'devastadora e indignante'. Por su parte, Jean Wactawski-Wende, directora del centro en la Universidad de Buffalo, destacó que la WHI ha sido esencial para entender enfermedades como el Alzheimer y la insuficiencia cardíaca en mujeres mayores.

Perspectivas encontradas: política, ciencia y sociedad

Desde el gobierno, la decisión se enmarca en una política más amplia de recortes al gasto sanitario, con órdenes a las agencias federales de reducir en un 35% sus contratos y subvenciones. Para la administración Trump, estos recortes buscan optimizar recursos y reducir el gasto público en áreas consideradas no prioritarias.

Sin embargo, la comunidad científica y organizaciones de derechos de las mujeres denuncian que esta medida representa un retroceso grave en la búsqueda de equidad en salud y en el avance del conocimiento médico. Activistas advierten que la suspensión del monitoreo y la posible pérdida del biorepositorio —una base de datos genética y muestras biológicas de altísimo valor— pone en riesgo décadas de información irremplazable.

Consecuencias visibles y lecciones para el futuro

La cancelación del estudio no solo afecta a las participantes actuales, sino que también limita la capacidad de futuras investigaciones que dependían de esta base de datos única. La incertidumbre sobre el destino del biorepositorio y la falta de garantías para su continuidad generan alarma.

Este episodio evidencia la tensión entre decisiones políticas y científicas, y plantea preguntas sobre cómo se priorizan los recursos públicos en salud. También subraya la importancia de mantener investigaciones que abordan las necesidades específicas de grupos históricamente marginados en la ciencia.

En definitiva, el cierre de la WHI es una tragedia para la salud pública y un llamado de atención para quienes defienden una ciencia inclusiva y con perspectiva de género. La historia de esta decisión seguirá siendo un terreno de debate y reflexión, con consecuencias que se sentirán en el largo plazo, mucho más allá del ruido inmediato de la noticia.