
El Parque Tricao, ubicado en la comuna de Santo Domingo, se consolidó en 2021 como el hogar del aviario más grande de América Latina, con cerca de 700 aves exóticas rescatadas, distribuidas en un espacio de 20 mil metros cuadrados y 30 metros de altura. Desde su reapertura en enero de 2019 tras un año de remodelaciones, el aviario ha funcionado como un refugio para especies que no son ni carnívoras ni territoriales, permitiendo su vuelo libre en un entorno controlado.
En 2025, la reciente ampliación del parque ha generado un debate que va más allá de la conservación ambiental. Por un lado, las autoridades ambientales y organizaciones conservacionistas destacan que esta expansión fortalece la protección de la biodiversidad y promueve la educación ambiental en la región. El nuevo sector del aviario incorpora senderos accesibles y un puente colgante de 52 metros que permite a los visitantes observar bandadas en las copas de los árboles, una experiencia valorada por turistas y expertos.
Sin embargo, no todos ven la ampliación con buenos ojos. Comunidades locales y algunos sectores sociales expresan preocupación por el aumento del flujo turístico y el impacto territorial. “La expansión ha generado una presión sobre los recursos hídricos y ha alterado la tranquilidad de los vecinos,” comenta un representante vecinal del sector aledaño. Además, se señala que la infraestructura, aunque cuenta con accesibilidad para personas con movilidad reducida, no ha sido acompañada de una planificación integral que considere la capacidad de carga del área.
Desde la perspectiva política, la ampliación ha sido un terreno de disputa. La administración regional ha defendido el proyecto como un motor de desarrollo turístico sostenible que genera empleo y visibiliza la riqueza natural de la zona. En contraste, partidos de oposición y organizaciones ambientalistas independientes han llamado a revisar los estudios de impacto ambiental y a garantizar la participación ciudadana en futuras decisiones.
En términos socioeconómicos, el parque ha incrementado la llegada de visitantes, lo que ha beneficiado a pequeños comerciantes y guías turísticos locales. Sin embargo, la distribución de estos beneficios no es homogénea, y algunos sectores reclaman mayor inclusión y transparencia en la gestión.
El debate sobre el Parque Tricao refleja una tensión clásica entre conservación y desarrollo, un desafío recurrente en Chile y América Latina. La historia del aviario, con su mezcla de éxito ambiental y controversias sociales, invita a una reflexión profunda sobre cómo se concilian intereses diversos en territorios valiosos para la naturaleza y las comunidades.
Como señala un biólogo especializado en aves exóticas, “la protección de estas especies es vital, pero debe ir acompañada de un diálogo abierto con quienes habitan el territorio, para evitar que la conservación se convierta en una fuente de conflicto.”
En definitiva, la ampliación del Parque Tricao es un caso emblemático que ilustra las complejidades del desarrollo sostenible: no basta con proteger la biodiversidad si no se integran las voces locales y se gestiona de manera equitativa el impacto social y económico. La realidad, como en el coliseo, presenta protagonistas enfrentados, y el espectador queda invitado a discernir entre las verdades y contradicciones que emergen de este escenario en constante evolución.
2025-11-08