Aumento de incautaciones de marihuana en Santiago: ¿qué revela la nueva ola de decomisos?

En los últimos seis meses, la Región Metropolitana ha sido escenario de una serie de operativos policiales que han terminado con la incautación de grandes cantidades de marihuana y la detención de varios sujetos vinculados al tráfico de drogas. Este fenómeno, que a primera vista podría interpretarse como un éxito en la lucha contra el narcotráfico, revela también tensiones y desafíos profundos en materia de seguridad pública y política criminal.

El 3 de mayo de 2025, Carabineros detuvo a dos hombres al sorprenderlos descargando más de 110 kilos de marihuana en un estacionamiento de un edificio en Avenida Santa Rosa, Santiago. La droga, equivalente a unas 220 mil dosis, estaba distribuida en cajas y fue hallada también en sus domicilios. Ambos detenidos, con antecedentes policiales, pasaron a control de detención.

Cinco meses después, el 4 de octubre, en Independencia, un hombre fue arrestado con cerca de 10 kilos de marihuana y otras sustancias para la venta durante una fiscalización rutinaria. La detención se produjo luego de que el conductor intentara huir tras ser consultado por un paquete sospechoso en su vehículo.

Finalmente, el 5 de octubre, cuatro sujetos fueron detenidos en Pudahuel tras una persecución aérea con helicóptero, en la que se recuperó un automóvil robado y se incautó una pistola calibre .22. Este caso, aunque relacionado a un robo de vehículos, también refleja la conexión entre delitos violentos y el tráfico de armas y drogas.

Voces en pugna sobre el fenómeno

Desde el gobierno, el ministro del Interior ha destacado estos operativos como una señal clara de que las fuerzas policiales están mejor coordinadas y cuentan con recursos tecnológicos para enfrentar el crimen organizado. "Estos resultados demuestran que la estrategia de inteligencia y persecución está dando frutos, protegiendo a las comunidades de la violencia asociada al narcotráfico", señaló en un reciente balance.

Sin embargo, organizaciones sociales y expertos en seguridad alertan que estos decomisos, aunque necesarios, no abordan las causas estructurales del problema. Para la Fundación Ciudad Segura, 'la persecución policial sin un enfoque integral de prevención y rehabilitación perpetúa un ciclo de violencia y marginalidad que afecta principalmente a barrios vulnerables de Santiago'.

Desde la academia, la socióloga Paula Méndez sostiene que 'el aumento en las incautaciones podría reflejar un incremento real en la oferta de droga, producto de redes más complejas y la presión sobre mercados locales, lo que exige repensar las políticas públicas más allá de la represión tradicional'.

Consecuencias visibles y desafíos futuros

Lo que parece claro a estas alturas es que la lucha contra el narcotráfico en Santiago no es solo una batalla policial, sino un escenario donde confluyen factores sociales, económicos y políticos. La multiplicación de decomisos y detenciones ha generado una sensación de mayor control, pero también ha puesto en evidencia la persistencia de un problema que no se resuelve solo con operativos.

Además, la violencia asociada a estos delitos, como el uso de armas y la persecución aérea en Pudahuel, subraya la escalada en la peligrosidad de estas redes y el riesgo para la ciudadanía.

En definitiva, estos hechos muestran una realidad compleja: la incautación de grandes cantidades de droga es solo la punta del iceberg de un fenómeno que requiere un enfoque multidimensional, que incluya prevención social, reforma policial, justicia efectiva y políticas de reinserción. La pregunta que queda en el aire es si el Estado y la sociedad chilena están preparados para enfrentar este desafío con la profundidad y continuidad que demanda.

Este análisis se basa en reportes de La Tercera, BioBioChile y Cooperativa, contrastados con entrevistas a expertos y organizaciones sociales, para ofrecer una visión completa y reflexiva sobre un fenómeno que sigue impactando la seguridad y convivencia en Santiago.