Fiscalización de licencias médicas en Chile: ¿Control necesario o amenaza al derecho a la salud?

Un pulso entre control y confianza

El 12 de marzo de 2025 se aprobó una modificación a la Ley 20.585 que endurece la fiscalización de licencias médicas en Chile. Desde entonces, el debate ha escalado, con autoridades apuntando a profesionales que emiten más de mil licencias al año como foco principal del control. Sin embargo, el Colegio Médico (Colmed) ha denunciado que muchas sanciones se han aplicado por errores administrativos o dificultades en el uso de la plataforma digital para emitir licencias, lo que ha generado preocupación entre los médicos.

Perspectivas en confrontación

Desde el gobierno y sectores que priorizan la sostenibilidad del sistema de salud, la fiscalización es vista como una herramienta indispensable para combatir el fraude y contener un gasto que representa aproximadamente un 20% del presupuesto en salud pública. “La fiscalización es una herramienta de resguardo del sistema y requiere datos transparentes y criterios objetivos”, afirmó un representante del Ministerio de Salud.

Por otro lado, el Colmed y académicos como la decana de la Facultad de Medicina de la Universidad Central, Gisela Alarcón, advierten que la presión fiscalizadora puede desvirtuar la labor médica y vulnerar derechos fundamentales de los trabajadores. “Los mecanismos de fiscalización que buscan evitar abusos deben respetar garantías individuales y profesionales”, señala Alarcón, subrayando que la mayoría de los médicos actúa con responsabilidad.

Impactos regionales y sociales

En regiones con menor acceso a especialistas, la fiscalización estricta ha generado demoras en la entrega de licencias, afectando especialmente a trabajadores informales y sectores vulnerables. Organizaciones sociales han denunciado que la presión por justificar ausencias laborales ha aumentado la precarización y el estrés, exacerbando problemas de salud mental.

Lo que dicen los datos y la experiencia acumulada

Una revisión independiente encargada por el Congreso muestra que, si bien existen casos aislados de emisión irregular de licencias, la mayoría de los problemas se relacionan con fallas en el sistema digital y falta de capacitación. Además, los datos sugieren que el fraude no supera un 5% del total de licencias emitidas, poniendo en cuestionamiento la magnitud del problema que las autoridades intentan resolver.

Verdades y consecuencias

Este enfrentamiento revela una tensión profunda entre la necesidad legítima de controlar recursos públicos y la protección de derechos laborales y profesionales. La fiscalización, en su justa medida, es imprescindible para la transparencia, pero su aplicación debe ser cuidadosa para no erosionar la confianza en el sistema de salud ni perjudicar a quienes realmente requieren reposo.

Queda claro que la solución no pasa solo por endurecer controles, sino por mejorar la infraestructura tecnológica, capacitar a los profesionales, y establecer protocolos claros que equilibren la prevención del fraude con la garantía del derecho a la salud.

En definitiva, la historia de la fiscalización de licencias médicas en Chile es un espejo donde se reflejan las complejidades de un sistema en tensión, donde cada actor juega su rol en un escenario que aún busca un equilibrio justo y sostenible.