
El 1 de mayo de 2025, un trágico accidente sacudió a la comunidad de San José de Maipo cuando una mujer adulta, de aproximadamente 50 años, falleció tras ser golpeada por una roca desprendida en la salida sur del túnel El Tinoco. El impacto ocurrió alrededor de las 14:45 horas, momento en que un llamado a Carabineros alertó sobre el desprendimiento de piedras en el viaducto. Junto a la víctima, un hombre resultó herido, aunque su estado y evolución clínica no han sido detallados públicamente.
Desde entonces, la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) asumió la investigación, con la orden expresa del Ministerio Público de esclarecer las circunstancias exactas del accidente. Se han levantado imágenes de cámaras de seguridad y se han empadronado testigos para reconstruir el evento.
Desde el sector oficial, las autoridades han destacado la complejidad de la geología cordillerana como factor natural que puede provocar desprendimientos imprevisibles. Un portavoz del Ministerio de Obras Públicas señaló que "la zona es de alto riesgo geológico, y se están realizando estudios para mejorar la seguridad vial". Sin embargo, reconocieron que el mantenimiento y monitoreo del túnel han sido cuestionados en ocasiones anteriores por comunidades locales.
En contraste, voces vecinales y organizaciones sociales han manifestado su descontento y preocupación por la falta de inversión y supervisión en la infraestructura. “No es la primera vez que ocurren incidentes en El Tinoco. La negligencia estatal pone en peligro a quienes transitan diariamente por este paso”, afirmó un dirigente comunitario de San José de Maipo. Esta crítica se extiende a la percepción de que las autoridades priorizan la conectividad rápida sobre la seguridad integral.
Desde el ámbito político, la tragedia ha sido utilizada para reavivar debates sobre la asignación presupuestaria y la responsabilidad en la gestión de rutas cordilleranas. Mientras algunos parlamentarios oficialistas defienden la complejidad técnica y la inversión actual, sectores de oposición exigen auditorías y sanciones para quienes resulten responsables de eventuales fallas en el mantenimiento.
A más de seis meses del accidente, el proceso judicial sigue abierto y la causa aún no determina si el desprendimiento fue consecuencia de un fenómeno natural inevitable o si hubo omisiones que pudieron prevenir la tragedia. Lo cierto es que la muerte de la mujer y las heridas del acompañante dejaron en evidencia la vulnerabilidad de las infraestructuras en zonas cordilleranas, un problema que Chile enfrenta recurrentemente.
Este hecho también ha reactivado la discusión sobre la necesidad de implementar sistemas de monitoreo en tiempo real para riesgos geológicos, así como protocolos de emergencia más efectivos para proteger a los usuarios.
En definitiva, la tragedia del túnel El Tinoco no solo expone una falla puntual, sino que desnuda las tensiones entre desarrollo, seguridad y responsabilidad pública en un territorio que combina belleza natural con desafíos constantes. La ciudadanía, expectante, observa cómo se resuelve este caso y qué medidas se adoptarán para evitar que el dolor vuelva a repetirse.
Fuentes consultadas: La Tercera, Ministerio Público, PDI, testimonios vecinales y análisis políticos.