
Un lunes que cambió el tablero político chileno. En la residencia del expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, en Las Condes, se produjo un encuentro que, a más de dos días, sigue reverberando con fuerza en la Democracia Cristiana (DC) y el país. El 24 de noviembre de 2025, Frei recibió a José Antonio Kast, candidato presidencial de la derecha republicana. Más que una simple conversación, fue un gesto cargado de simbolismos y desencadenantes políticos.
La reunión fue descrita por testigos como formal pero distendida, con café helado y kuchen, en un ambiente poco habitual entre dos figuras que no comparten cotidianeidad. Además de Frei, estuvieron presentes Cecilia Morel y tres hijos de Sebastián Piñera, quienes también manifestaron públicamente su apoyo a Kast en las horas previas. La esposa de Kast, María Pía Adriasola, planteó incluso la intención de retomar el rol de primera dama, eliminado por la actual administración, un tema que ambos equipos acordaron seguir conversando.
“Pude constatar que coincidimos en los temas esenciales en este momento para nuestro país. Pese a que venimos de posiciones políticas distintas, necesitamos unidad y acuerdos para superar los desafíos actuales”, afirmó Frei en un comunicado posterior, marcando un apoyo implícito sin respaldar explícitamente a Kast.
El gesto no fue bien recibido en la DC. El presidente del partido, senador Francisco Huenchumilla, acusó a Frei de “lesionar la memoria histórica de la DC” y de apartarse de la línea oficial, que respalda a la candidata oficialista Jeannette Jara (PC). En consecuencia, el Tribunal Supremo de la DC decidió suspender cautelarmente la militancia de Frei y abrir una causa disciplinaria en su contra.
Solicitudes de expulsión también llegaron desde sectores críticos dentro del partido, como la presentada por el exdiputado y sindicalista Rodolfo Seguel, que acusa a Frei de violar estatutos y de apoyar públicamente a un candidato de extrema derecha.
En contraste, la secretaria nacional Alejandra Krauss defendió al expresidente, rechazando las críticas de figuras como Daniel Jadue (PC), y enfatizó el respeto que merece Frei como expresidente y militante histórico.
Este episodio pone en evidencia una crisis profunda en la Democracia Cristiana, que desde hace años ha visto diluir su identidad y base electoral. Tradicionalmente un partido de centroizquierda basado en el humanismo cristiano, la DC ha transitado hacia la izquierda, aliándose con el Partido Comunista en la coalición oficialista.
“No es Frei quien se aleja de la DC, sino la DC la que ha abandonado sus principios al plegarse sin condiciones a una candidatura comunista”, señalaron analistas políticos.
La reunión de Frei con Kast es, en este sentido, más que un acto político puntual: es un síntoma del desgarro interno, donde conviven militantes que buscan un retorno a un centro más moderado o incluso derechizado, y una dirigencia que apuesta por una izquierda más radicalizada.
- La suspensión cautelar de Frei y la apertura de causas disciplinarias reflejan la tensión entre tradición y renovación dentro de la DC.
- El apoyo tácito de dos expresidentes (Frei y la familia Piñera) a Kast dinamita la narrativa oficialista y fortalece la campaña del candidato republicano.
- La polarización política chilena se profundiza, evidenciando la dificultad de construir consensos amplios en un momento que Frei mismo definió como crucial para la unidad nacional.
En definitiva, este episodio no solo expone una fractura partidaria, sino que invita a reflexionar sobre las transformaciones ideológicas en la política chilena y los límites del diálogo entre sectores que se perciben irreconciliables. Mientras el país observa, los protagonistas se enfrentan a la tragedia de la división, y el público queda en el palco, expectante y consciente de que esta historia apenas comienza a escribir sus capítulos más decisivos.
2025-11-26