
Un cambio profundo en la forma en que los chilenos consumen televisión ha comenzado a delinear el futuro de la industria audiovisual nacional. El 24 de abril de 2025, Kantar Ibope Media presentó un nuevo sistema de medición de rating que incorpora tecnologías como el People Meter 7 y el Focal Meter, ampliando el espectro de medición a pantallas inteligentes, tablets, smartphones y computadores. Este salto tecnológico implica que, por primera vez, se reportan cifras en números absolutos y no en porcentajes, lo que permite conocer con mayor precisión el alcance real de cada contenido y el perfil exacto de sus espectadores.
La tradicional competencia entre canales como Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN se ha visto sacudida por el auge de plataformas digitales, especialmente YouTube, que superó en consumo a celulares y computadores al ser visto más en televisores inteligentes. Esto refleja un cambio en los hábitos de la audiencia, que ahora mezcla lo lineal con lo on demand, y obliga a los medios a repensar su parrilla y estrategias de contenido.
Desde el sector empresarial, Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media en Chile, destacó que 'Es un avance importante porque nos permitirá conocer el alcance real, optimizar la inversión publicitaria y mejorar la toma de decisiones estratégicas.' No obstante, algunos expertos en medios advierten que la transición puede generar incertidumbre en canales más tradicionales, que enfrentan la presión de adaptarse a un público fragmentado y exigente.
En tanto, usuarios y académicos señalan que esta evolución en la medición ofrece una oportunidad para entender mejor las preferencias culturales y regionales, ya que la muestra abarca las 16 regiones del país, otorgando un reflejo más fiel de la diversidad chilena.
La incorporación de nuevas tecnologías en la medición de audiencias no solo redefine cómo se cuentan los espectadores, sino que también pone en jaque los modelos de financiamiento y producción de contenidos. La publicidad deberá ser más segmentada y efectiva, mientras que los canales deberán innovar para retener la atención en un mercado saturado y con múltiples opciones.
Además, esta transformación abre la puerta a debates sobre la calidad y la diversidad de la oferta televisiva, la equidad regional en el acceso a contenidos y el papel de la regulación en un ecosistema cada vez más digital y fragmentado.
En síntesis, el cambio en el rating chileno es más que una actualización técnica: es un reflejo de una sociedad en movimiento, con nuevos hábitos, tensiones y oportunidades que desafían a todos los actores del mundo audiovisual a repensar su lugar y estrategia en esta nueva era.