El desafío de convertir relaves mineros en pavimentos: innovación chilena y sus tensiones inesperadas
Un avance tecnológico que promete revolucionar la infraestructura vial chilena ha emergido de la Región del Biobío, donde la firma Profund ha desarrollado un pavimento fabricado principalmente con escorias y relaves mineros. Desde 2024, esta tecnología se ha probado en plataformas y caminos de Anglo American, con resultados que indican una reducción de hasta tres veces en emisiones respecto a pavimentos tradicionales. Sin embargo, lejos de ser un triunfo unánime, esta innovación ha abierto un escenario de confrontación entre distintos actores que disputan su significado y alcance.
Un recurso o un riesgo: perspectivas en pugna
Para el Ministerio de Obras Públicas, representado por su director general Boris Olguín, 'este proyecto marca un antes y un después, transformando un desecho minero en un recurso valioso para obras públicas'. Desde esta óptica, la iniciativa no solo aporta a la economía circular, sino que también se alinea con la urgente agenda ambiental, al reducir la huella de carbono del sector construcción.
Sin embargo, voces provenientes de comunidades cercanas a las faenas mineras y organizaciones ambientalistas expresan reservas profundas. Denuncian que la reutilización de relaves podría implicar riesgos para la salud pública y el medioambiente, especialmente si las regulaciones no son estrictas ni transparentes. 'La reutilización debe acompañarse de controles rigurosos y participación ciudadana real, no puede ser una excusa para invisibilizar los pasivos mineros', advierte María López, activista ambiental de la Región del Biobío.
El pulso político y regional
En el plano político, la innovación ha generado un debate que trasciende la técnica para tocar fibras ideológicas y territoriales. Mientras sectores liberales celebran la alianza público-privada y la eficiencia económica, partidos de izquierda y representantes regionales demandan mayor fiscalización y cuestionan la concentración de decisiones en manos de grandes mineras y el MOP.
Este pulso refleja una tensión histórica en Chile: el desarrollo económico basado en recursos naturales versus la protección social y ambiental. La incorporación de tecnologías como esta pone en evidencia la necesidad de un diálogo más profundo y plural, donde los riesgos y beneficios sean evaluados con transparencia y justicia.
Constataciones y consecuencias
A seis meses de la implementación piloto, los resultados técnicos son alentadores y la reducción de emisiones es una realidad medible. Sin embargo, la controversia social y política persiste, evidenciando que la innovación tecnológica no es un camino lineal ni exento de conflictos.
Chile enfrenta así un desafío mayor: cómo integrar avances que prometen sostenibilidad con una gobernanza que garantice equidad y seguridad para sus comunidades. La experiencia de Profund y Anglo American es un caso emblemático que invita a repensar no solo el uso de los recursos, sino también la forma en que se construye consenso en torno a ellos.
En definitiva, el debate sobre los pavimentos hechos con relaves mineros es más que un asunto de ingeniería; es un espejo donde se reflejan las tensiones y esperanzas de un país en transición hacia modelos más responsables y democráticos de desarrollo.