
Santiago ya no es la ciudad que muchos recordaban con hastío bajo la etiqueta #Santiasco. En las últimas semanas de noviembre de 2025, se lanzó la Guía de Santiago, una plataforma digital que reúne 160 panoramas seleccionados para redescubrir la capital chilena. Este proyecto, alojado en santiagoadicto.cl y complementado con una cuenta de Instagram (@guiasantiagoadicto), ha sido recibido como un soplo de aire fresco para quienes quieren conocer su ciudad con ojos nuevos.
La guía agrupa 100 lugares para visitar y 60 espacios gastronómicos, organizados en 10 temáticas que van desde la cultura hasta la arquitectura, pasando por barrios, parques y miradores. En su contenido, conviven sitios clásicos como el Museo San Francisco o La Posada del Corregidor, junto a nuevos espacios como el renovado Centro Cultural Casona Nemesio Antúnez o el Espacio Il Posto, que aportan frescura y diversidad al recorrido.
Desde el punto de vista cultural, la guía destaca joyas arquitectónicas como la Iglesia del Monasterio Benedictino, una obra de arquitectura moderna que conjuga espiritualidad y diseño, y el emblemático Edificio Banco de Chile, que este año celebró su centenario. Espacios de arte contemporáneo como la Sala Gasco, que lleva más de dos décadas promoviendo el trabajo de artistas nacionales, también forman parte del recorrido.
En cuanto a la oferta gastronómica, la guía no solo presenta restaurantes reconocidos internacionalmente —como Boragó de Rodolfo Guzmán, Yum Cha o Pulpería Santa Elvira— sino que también ofrece un mapa detallado para explorar por comuna, facilitando la experiencia para locales y visitantes.
“Este fin de semana llega una pareja de amigos que viven fuera de Chile. ¿Dónde recomiendan llevarlos?”, es una pregunta recurrente en las redes sociales de Santiago Adicto, el colectivo detrás de esta guía. La respuesta es clara: en Santiago hay mucho que mostrar, y la guía es la herramienta para hacerlo con conocimiento y cariño.
Desde una perspectiva social, este redescubrimiento responde a un cambio en la relación de los santiaguinos con su ciudad. La vieja imagen de una metrópolis caótica y poco amigable ha dado paso a una mirada más positiva y curiosa, que busca reconectar con la historia, la cultura y los espacios públicos.
El parque Mapocho Río, con sus nueve kilómetros de extensión y más de 50 hectáreas de áreas verdes recuperadas, es un ejemplo emblemático de esta regeneración urbana, que responde a demandas comunitarias y promueve la calidad de vida. Este espacio, junto a barrios emergentes como Infante, que combina tradición y renovación, invita a recorrer Santiago sin prisa, disfrutando cada rincón.
No obstante, desde el sector académico y crítico se advierte que esta revitalización no debe ser un disfraz para ocultar las persistentes desigualdades urbanas y sociales que afectan a la capital. Algunos expertos llaman a que estas iniciativas incluyan una mirada inclusiva y sostenible, que contemple la diversidad de la población y los desafíos ambientales.
Finalmente, la Guía de Santiago representa una invitación abierta a ser turista en la propia ciudad, a detenerse y apreciar lo que muchas veces pasa desapercibido en el trajín diario. Es un proyecto que conjuga información rigurosa, verificada y actualizada con una experiencia visual atractiva, diseñada para estimular la curiosidad y el disfrute.
“Visita santiagoadicto.cl, sigue a @guiasantiagoadicto en Instagram y sal a recorrer. Santiago te está esperando.” Así concluye la invitación de sus creadores, que han logrado transformar una ciudad que fue motivo de quejas en un territorio para redescubrir y amar.
Verdades y consecuencias:
- Santiago vive una etapa de revaloración cultural y urbana, que se refleja en nuevas formas de relacionarse con la ciudad.
- La guía es un vehículo para democratizar el acceso a la cultura y el ocio, promoviendo un consumo consciente y diversificado.
- Sin embargo, la revitalización debe ir acompañada de políticas públicas que enfrenten las desigualdades y garanticen la sustentabilidad.
- Esta experiencia invita a repensar la relación entre ciudad y ciudadano, desde la apreciación crítica y el compromiso activo.