
El pulso entre la tecnología y la humanidad en las artes escénicas
En los últimos dos años, la incorporación de inteligencia artificial (IA) en la industria audiovisual ha alcanzado hitos antes inimaginables, como la recreación digital de actores jóvenes o fallecidos para nuevas producciones. Este fenómeno ha abierto un debate que trasciende la técnica para tocar fibras profundas sobre el valor del talento humano y la autenticidad artística.
Uno de los hitos más comentados fue la alianza entre Metaphysic y Miramax para la producción de una película protagonizada por Tom Hanks, en la que el actor se interpreta a sí mismo en una versión rejuvenecida. Este caso, junto con otros como el uso de IA en animación por parte de Netflix Japón, ha puesto en jaque el modelo tradicional de producción y ha generado cuestionamientos sobre el futuro laboral de actores y técnicos.
Perspectivas encontradas en el escenario nacional
Desde la mirada de Roberto Cisternas, director de programación de TVN, la clave está en la combinación inteligente de formatos: 'La máquina no podrá ganarle a lo artístico, que es lo único que la tecnología no puede replicar'. Para él, la IA puede ser una herramienta complementaria, pero no un reemplazo absoluto.
Por su parte, Pablo Díaz, actor y productor, reconoce la amenaza tecnológica, pero sostiene que la emoción humana es irremplazable: 'No sé si un algoritmo logre llegar a lo más profundo o emocionar a un ser humano'. Su visión es que la IA transformará procesos, pero no el núcleo creativo.
En contraste, creativos como Sergio Gándara, copropietario de la productora Parox, valoran la eficiencia que la tecnología puede aportar en áreas como escenografía digital, pero enfatizan que la interpretación y subjetividad seguirán siendo patrimonio del actor: 'La inteligencia artificial no puede generar emoción ni subjetividad, eso es humano'.
Un debate que agita la industria y la sociedad
Ángela Poblete, directora regional de Fábula TV, aporta una mirada crítica sobre el papel de la IA en la creación de guiones: 'La IA opera a partir de fórmulas y contenido existente, casi como un plagio a gran escala, y no puede reemplazar la experiencia y sensibilidad humana'. Para ella, la tecnología debe ser un aliado que potencie, no que sustituya.
Este debate no es solo técnico o artístico, sino que tiene consecuencias laborales y sociales evidentes. La automatización y el uso de IA podrían precarizar empleos y modificar la estructura del sector audiovisual, afectando a actores, técnicos, guionistas y otros profesionales.
Verdades constatadas y caminos por recorrer
La tecnología avanza a pasos acelerados y ya forma parte integral de la producción audiovisual en Chile y el mundo. Sin embargo, la autenticidad emocional y la subjetividad artística permanecen como barreras difíciles de superar para la inteligencia artificial.
El consenso emergente es que la IA será una herramienta poderosa para optimizar procesos y crear nuevos recursos visuales, pero no un sustituto del talento humano. La industria deberá adaptarse, redefiniendo roles y explorando nuevas formas de colaboración entre humanos y máquinas.
Este enfrentamiento entre lo humano y lo artificial en el arte actoral es un espectáculo en sí mismo, donde cada actor, productor y creativo juega su papel en un coliseo donde la tragedia y la esperanza conviven. Mientras tanto, el público observa, consciente de que el futuro del entretenimiento se escribe en este preciso instante, entre la innovación tecnológica y la esencia humana que la IA aún no puede capturar.
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Fuentes consultadas: La Tercera (2023-04-17), entrevistas a Roberto Cisternas (TVN), Pablo Díaz (RÍO Estudios), Sergio Gándara (Parox), Ángela Poblete (Fábula TV).