
Hace 47 años que Chile se reúne en un rito de solidaridad que trasciende diferencias y crisis. La Teletón 2025, celebrada el 28 y 29 de noviembre, volvió a ser un escenario donde convergieron no solo artistas y ciudadanos, sino también las figuras políticas más relevantes del país, en un momento marcado por la tensión previa al balotaje presidencial.
El evento comenzó con la tradicional apertura a cargo de Mario Kreutzberger, Don Francisco, quien lanzó un llamado explícito al próximo gobierno para institucionalizar un Día del Apoyo Nacional a la Teletón. Con voz pausada pero firme, Kreutzberger recordó que la cruzada ha sido un "movimiento social solidario de unidad nacional" y señaló que, a sus 85 años, pone en duda su participación en la edición del próximo año, lo que abrió un debate sobre el relevo generacional y la continuidad de la institución.
En la jornada inaugural, estuvieron presentes el presidente Gabriel Boric y los candidatos presidenciales Jeannette Jara (PC) y José Antonio Kast (Republicanos), quienes, a pesar de sus diferencias ideológicas, coincidieron en destacar la importancia histórica y social de la Teletón. "Cuando se une Chile, se pueden hacer grandes cosas", afirmó Jara en una entrevista con Radio ADN, resaltando la cruzada como un símbolo de inclusión y avance social.
Este contraste entre la unidad en torno a la causa y la diversidad política que la rodea refleja el complejo momento que vive el país. Mientras Jara enfatiza la necesidad de no retroceder en materia de inclusión, Kast, aunque menos vocal en sus declaraciones públicas, asistió al evento, reconociendo la relevancia transversal de la Teletón.
Artistas nacionales de distintas generaciones y estilos, desde Nicole hasta Polimá Westcoast, animaron la transmisión televisiva conjunta de los canales de Anatel, que busca superar la meta de $40.502 millones, cifra que en 2024 se alcanzó con tensión hasta altas horas de la madrugada. La participación de los niños embajadores, especialmente Alan García, simbolizó el futuro y la esperanza que la Teletón representa para miles de familias chilenas.
No obstante, la jornada no estuvo exenta de desafíos. La salud de algunos participantes, como el exfutbolista Mauricio Pinilla, quien debió ser atendido de urgencia durante la edición anterior, sigue siendo un recordatorio de las exigencias físicas y emocionales que implica esta maratón solidaria.
Desde una perspectiva social, la Teletón sigue siendo un espejo de las brechas y avances en la atención de la discapacidad en Chile. A pesar de los esfuerzos, persisten críticas sobre la dependencia de la solidaridad privada para financiar servicios esenciales, un tema que ha sido objeto de debate en distintos sectores.
"Cada paso que damos es un avance y lo que no hay que hacer es retroceder", sostuvo Jara, recordando su trabajo en la Ley de inclusión laboral para personas con discapacidad. Por su parte, voces críticas llaman a reflexionar sobre la necesidad de un sistema público robusto que no dependa exclusivamente de campañas anuales.
Finalmente, la petición de Don Francisco para establecer un Día del Apoyo Nacional y un Día de la Familia en el primer fin de semana de diciembre busca institucionalizar la solidaridad y fortalecer el tejido social más allá de la cruzada televisiva.
Verdades y consecuencias: La Teletón 2025 confirma que, en un país fragmentado y polarizado, aún existen espacios donde la solidaridad y la unidad pueden prevalecer. Sin embargo, también expone la necesidad urgente de repensar su modelo para garantizar sostenibilidad y justicia social, así como la transición generacional en su liderazgo. La presencia de las principales figuras políticas en un mismo escenario es un reflejo de la importancia social que la Teletón mantiene, pero también un recordatorio de que la solidaridad no puede ser un refugio temporal sino un compromiso permanente.
Fuentes: InformadorChile, La Tercera, Cooperativa, El Dínamo.
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