Dos de cada tres nuevos habitantes en Chile son extranjeros: Un fenómeno que redefine el país

Entre 2017 y 2024, Chile experimentó un aumento poblacional de 906.429 personas, de las cuales aproximadamente el 66% son migrantes extranjeros. Según datos cruzados del Censo 2024 y el Servicio Nacional de Migraciones, este fenómeno no solo ha marcado un crecimiento demográfico sin precedentes, sino que ha sido el factor decisivo para evitar la disminución de habitantes en varias regiones del país.

Este fenómeno, lejos de ser homogéneo, ha tenido impactos diferenciados según la región: mientras en la Región de Antofagasta la población extranjera aumentó en más de 41 mil personas, superando el crecimiento total regional y evitando una caída demográfica, en la Región Metropolitana, la llegada de más de 340 mil migrantes entre 2018 y 2023 fue clave para que Santiago no perdiera 53 mil habitantes. En regiones como Atacama, hasta un 91% del crecimiento poblacional reciente corresponde a migrantes.

Voces desde el centro del debate

“El aumento de la migración está estrechamente vinculado a la crisis política y social en Venezuela, que ha impulsado flujos migratorios significativos hacia Chile,” explica Cristian Doña, académico del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales.

Sin embargo, la llegada masiva no está exenta de tensiones. María Olaya Grau, directora de la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica, advierte que “la población migrante enfrenta vulnerabilidades profundas, desde la pobreza multidimensional hasta dificultades en el acceso a derechos básicos, agravadas por la irregularidad migratoria.” Esta irregularidad ha derivado en barreras para el empleo formal, la protección social y el acceso a vivienda digna.

Alejandra Rasse, investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, subraya que “la migración ha exacerbado una crisis estructural de vivienda en Chile, con hacinamiento y proliferación de ‘guetos verticales’ en comunas urbanas como Estación Central y San Miguel.” La concentración en zonas urbanas, donde el 97% de los migrantes reside, ha tensionado los mercados inmobiliarios informales y ha generado enclaves migratorios con condiciones habitacionales precarias.

Políticas públicas y percepciones ciudadanas

La inclusión en servicios de salud y educación es otro desafío. Teresita Rocha, directora del doctorado en Políticas Públicas de la Universidad Mayor, destaca la necesidad de “capacitación intercultural para evitar la discriminación y mejorar el bienestar de la población migrante.” Su estudio revela que más del 29% de los migrantes en regiones como Atacama y Tarapacá no cuentan con cobertura de salud pública, mientras que un 84% está sobrecalificado para sus empleos, reflejando precarización laboral y afectaciones en la salud mental.

Por otro lado, informes del Servicio Jesuita a Migrantes muestran que la contribución económica de los migrantes es significativa, aportando un 10,3% al PIB nacional, superior a su peso poblacional. Además, la fecundidad de madres migrantes representa uno de cada cinco nacimientos en Chile, un dato clave para contrarrestar el envejecimiento poblacional.

Contrastes y conclusiones

Este fenómeno presenta una paradoja compleja: los migrantes son motores económicos y demográficos que aportan al desarrollo, pero enfrentan barreras estructurales que dificultan su integración plena. La crisis de vivienda, la irregularidad migratoria y la precariedad laboral configuran un escenario donde la integración social es un desafío pendiente.

Las percepciones ciudadanas oscilan entre la valoración del aporte económico y cultural, y la preocupación por la presión sobre servicios públicos y empleo. No obstante, los datos desmontan la idea de una saturación indiscriminada, mostrando que la migración es un fenómeno que Chile no solo debe aceptar, sino gestionar con políticas públicas inclusivas y estratégicas.

En definitiva, la migración ha transformado el rostro demográfico y social de Chile, revelando tanto las fortalezas como las fragilidades de un país en plena redefinición. El desafío es construir respuestas que reconozcan esta realidad compleja, evitando simplificaciones y promoviendo un diálogo informado y plural.

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Fuentes: Censo 2024, Servicio Nacional de Migraciones (2023), Instituto de Investigación en Ciencias Sociales UDP, Pontificia Universidad Católica, Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Universidad Mayor, Servicio Jesuita a Migrantes.