
El partido en Chillán del pasado 1 de noviembre marcó un punto de inflexión para Colo Colo en la temporada 2025. El gol de Vicente Pizarro al minuto 55, un zurdazo colocado tras una jugada de Lucas Cepeda, permitió a los albos vencer 1-0 a Ñublense y mantener la lucha por la clasificación a la Copa Sudamericana. Sin embargo, esta victoria es menos un alivio que un síntoma de una temporada que se resiste a cumplir las expectativas del centenario del club más popular del país.
Desde la perspectiva deportiva, el triunfo fue una muestra de resiliencia, pero también de limitaciones. En el primer tiempo, Colo Colo mostró solo un 44% de posesión de balón y cero tiros al arco, reflejo de un equipo que no encontraba conexiones claras entre el mediocampo y la delantera. La figura de Claudio Aquino, encargado de la creación, quedó en entredicho por su falta de impacto ofensivo, especialmente en la primera mitad.
El segundo tiempo mejoró para el Cacique, con mayor movilidad y circuitos ofensivos más claros, aunque la falta de contundencia se hizo evidente en las oportunidades desperdiciadas por Javier Correa, quien buscó insistentemente el gol sin éxito, y en las intervenciones decisivas del portero rival, Nicola Pérez.
En el plano institucional y social, esta victoria no ha logrado disipar las tensiones entre la dirigencia, el cuerpo técnico y una hinchada que observa con creciente ansiedad un año que prometía gloria y que ahora se conforma con un cupo a un torneo continental considerado un 'premio de consuelo'.
“El centenario nos tenía ilusionados con algo más, pero hoy la realidad nos obliga a bajar las expectativas y apoyar al equipo para que recupere su identidad”, señaló un socio histórico durante un foro de hinchas en Santiago, reflejando el sentir de muchos seguidores.
Desde el análisis político-deportivo, las voces se dividen. Los sectores más críticos apuntan a la gestión de Fernando Ortiz, cuyo estilo y decisiones han sido cuestionados por la prensa y analistas deportivos, mientras que otros destacan la dificultad de manejar un plantel con altas expectativas y lesiones claves, como la ausencia de Arturo Vidal.
“Ortiz está construyendo un equipo a largo plazo, pero la paciencia es escasa en un club con la historia y presión de Colo Colo”, opinó un exjugador y comentarista deportivo en un programa de análisis futbolístico.
Regionalmente, la victoria en Chillán tuvo un sabor especial para Ñublense, que pese a la derrota mostró un juego intenso y contó con el apoyo fervoroso de sus seguidores, quienes no dudaron en señalar que la expulsión de Carlos Labrín tras falta revisada por VAR fue un momento clave que inclinó la balanza a favor del visitante.
En definitiva, la historia de Colo Colo en esta temporada es una tragedia en desarrollo, donde la gloria pasada y la presión del centenario chocan con una realidad deportiva que aún no encuentra su rumbo claro. A cuatro puntos de la zona de clasificación y con un plantel que ha sufrido lesiones y altibajos, el equipo se aferra a la Sudamericana como una tabla de salvación.
Las consecuencias de este escenario son múltiples: en lo deportivo, la necesidad de replantear tácticas y fortalecer la cohesión del equipo; en lo social, un llamado a la paciencia y a la reflexión sobre lo que significa el éxito en el contexto actual; y en lo institucional, una prueba para la dirigencia que debe equilibrar exigencias y recursos.
Lo cierto es que, más allá del resultado puntual, Colo Colo vive una temporada que invita a la autocrítica y al debate profundo, donde los protagonistas se enfrentan a sus propias sombras y el público, expectador de esta tragedia, se debate entre la esperanza y la resignación.
Fuentes: La Tercera (análisis y crónicas de partidos), declaraciones de hinchas y expertos deportivos recogidas en foros y programas especializados, registros oficiales de la ANFP.