La guerra comercial sobre el litio: un pulso entre Estados Unidos y China que redefine el futuro de Chile

Un conflicto que trasciende fronteras y minerales

El 16 de abril de 2025, el gobierno de Estados Unidos anunció una orden ejecutiva para investigar y eventualmente imponer aranceles al litio y otros minerales críticos, invocando razones de seguridad nacional. Esta medida se enmarca en una escalada de la guerra comercial con China, país que domina cerca del 80% de la capacidad mundial de procesamiento y refinación de estos recursos estratégicos.

Pocos días después, China respondió suspendiendo la exportación de tierras raras a Estados Unidos, un golpe directo a la cadena de suministro estadounidense. Este pulso no solo afecta a las potencias involucradas, sino que pone a Chile en el centro de la escena, dado que alberga las mayores reservas de litio y es proveedor clave para ambas economías.

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Diversas miradas en juego

Desde la perspectiva estadounidense, la medida busca reducir la dependencia de China en minerales esenciales para la tecnología y la defensa. Según un comunicado de la Casa Blanca, la investigación evaluará vulnerabilidades en la cadena de suministro y buscará garantizar un suministro nacional seguro y sostenible.

Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, explica que "Estados Unidos está prestando especial atención a materias primas usadas en industrias tecnológicamente avanzadas y de defensa, buscando independencia de países potencialmente hostiles."

Por otro lado, expertos chilenos y del sector minero advierten sobre las consecuencias económicas y estratégicas. Juan Ignacio Guzmán, CEO de GEM Mining Consulting, señala que la medida estadounidense podría resultar contraproducente: 'Incluir tarifas a China puede generar escasez interna en EE.UU. de tierras raras, afectando la producción de tecnología crítica.'

Además, la suspensión china de exportaciones es vista como una represalia directa, que pone en jaque la estrategia de Washington y genera incertidumbre en los mercados.

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Impacto en Chile: entre oportunidades y riesgos

Chile, con su enorme riqueza en litio, especialmente en el salar de Atacama, enfrenta un escenario complejo. Las dos grandes productoras, SQM y Albemarle, operan en un mercado que ahora se ve tensionado por la disputa entre las superpotencias.

SQM informó que menos del 10% de sus ventas en 2024 fueron a Estados Unidos, principalmente yodo y nitrato de potasio, y aún evalúa el impacto de las nuevas medidas. Albemarle, en tanto, no ha emitido comentarios públicos.

Desde el punto de vista económico, el conflicto podría generar volatilidad en los precios del litio y minerales relacionados. Mientras algunos analistas prevén aumentos precautorios en inventarios y precios, otros advierten que la baja demanda de vehículos eléctricos —impactada por las prohibiciones mutuas de exportación entre EE.UU. y China— podría mantener los precios deprimidos.

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La disonancia política y social

En Chile, la disputa internacional reabre debates sobre soberanía, desarrollo estratégico y la dependencia de materias primas.

Sectores políticos más nacionalistas ven en la coyuntura una oportunidad para fortalecer el control estatal sobre los recursos y avanzar en la industrialización local del litio, mientras que voces liberales alertan sobre los riesgos de intervenciones que podrían alejar inversiones.

Una representante de organizaciones sociales en Atacama afirmó: "Este conflicto internacional nos recuerda que el litio no es solo un recurso económico, sino un bien que debe beneficiar a nuestras comunidades y no quedar atrapado en luchas geopolíticas."

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Conclusiones: verdades que emergen y desafíos que persisten

Este enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China sobre el litio y minerales críticos ha dejado en evidencia la fragilidad y complejidad de las cadenas globales de suministro. Chile, como actor principal, se encuentra en una encrucijada que exige una mirada estratégica y multidimensional.

La realidad muestra que ni la imposición de aranceles ni la suspensión de exportaciones son soluciones simples; ambas medidas generan costos económicos y riesgos tecnológicos para los países involucrados.

Además, la disputa ha puesto en tensión la estabilidad del mercado del litio, con efectos aún inciertos en precios y demanda, y ha reavivado el debate interno sobre la gestión de los recursos naturales.

En definitiva, la guerra comercial sobre minerales críticos no solo es un choque entre potencias, sino un espejo donde Chile debe replantear su rol, sus políticas y su futuro en un mundo que demanda recursos estratégicos pero también responsabilidad y visión a largo plazo.