Senado aprueba fraccionamiento pesquero: un ajuste que reaviva tensiones entre pesca artesanal e industrial

Senado aprueba fraccionamiento pesquero: un ajuste que reaviva tensiones entre pesca artesanal e industrial
Actualidad
Conflictos sociales
2025-11-30
Fuentes
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- Fraccionamiento de cuotas redefinido tras meses de debate.

- Pesca artesanal gana terreno, pero con resistencias del sector industrial.

- Rechazo a licencias transables, un punto clave que divide a actores políticos y regionales.

Un pulso largamente esperado entre los sectores pesqueros artesanal e industrial se resolvió parcialmente el pasado abril, cuando el Senado aprobó un proyecto que redefine el fraccionamiento de cuotas en 18 pesquerías nacionales. El 16 de abril de 2025, la Sala del Senado despachó esta iniciativa con 40 votos a favor y una sola abstención, enviándola a la Cámara para su tercer trámite. Sin embargo, el camino hacia un consenso definitivo sigue marcado por la disputa entre intereses contrapuestos y la complejidad regional de una actividad vital para el país.

Orígenes y evolución de la disputa

El proyecto, impulsado por el Gobierno desde septiembre de 2024, busca corregir un desequilibrio histórico que favorecía al sector industrial en detrimento de la pesca artesanal. La propuesta reduce las cuotas del sector industrial y aumenta las asignadas a los pescadores artesanales en especies clave como la merluza común, jurel, anchoveta y reineta. Sin embargo, el detalle de los porcentajes varía según la zona marítima, reflejando la heterogeneidad de las comunidades pesqueras y sus economías.

Perspectivas encontradas: política, regional y social

“Este proyecto es un avance necesario para reconocer el rol fundamental de la pesca artesanal en la sustentabilidad y desarrollo local,” afirmó un representante de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales. Para ellos, la redistribución es un logro que permite visibilizar y proteger un sector históricamente marginado.

En contraste, el senador Rojo Edwards (PSC) fue el único voto en contra en el Senado, argumentando que “la reducción de cuotas para la pesca industrial pone en riesgo la inversión y la estabilidad del sector que genera miles de empleos directos e indirectos.” Desde la industria, se advierte que ciertos ajustes podrían afectar la competitividad y la capacidad para abastecer mercados internacionales.

Además, la oposición comunista rechazó indicaciones que buscaban restablecer mayores cuotas para la pesca artesanal, evidenciando la complejidad política del debate.

Impacto regional y social

El proyecto contempla un reparto diferenciado según las regiones. Por ejemplo, en la zona de Coquimbo a Los Lagos, la merluza común tendrá cuotas definidas por una Comisión Mixta, mientras que especies como el jurel en el norte asignan hasta un 85% de cuotas a la pesca industrial. En el sur, especies como la merluza del sur y el congrio dorado otorgan mayor proporción a la pesca artesanal.

Este enfoque reconoce la diversidad de realidades regionales, pero también genera tensiones entre comunidades que se sienten favorecidas o perjudicadas. Pescadores artesanales en el sur celebran el aumento de cuotas, mientras que en el norte la industria reclama mayor flexibilidad.

Rechazo a licencias transables: un punto de quiebre

Uno de los temas más controversiales fue el rechazo a las licencias transables para la pesca industrial del jurel, una medida promovida por el Ejecutivo para flexibilizar la gestión de cuotas. Este rechazo refleja la resistencia a mecanismos que podrían concentrar derechos y afectar la participación artesanal.

Constataciones finales

Tras meses de debate y negociaciones, el proyecto de fraccionamiento pesquero aprobado por el Senado representa un avance significativo en la redistribución de cuotas entre pesca artesanal e industrial. Sin embargo, la iniciativa aún debe superar el tercer trámite en la Cámara y probablemente pasar a una Comisión Mixta para resolver diferencias.

La disputa no solo es técnica o económica, sino que simboliza un choque de modelos productivos, visiones políticas y reivindicaciones sociales. La diversidad regional y la pluralidad de actores implicados hacen que cualquier solución definitiva requiera diálogo y flexibilidad.

En definitiva, este ajuste en la legislación pesquera pone en evidencia la necesidad de equilibrar sustentabilidad, equidad y desarrollo económico en un sector clave para Chile, mientras mantiene abiertas las preguntas sobre cómo se gestionarán los recursos marinos en el futuro cercano.