
Una noche de fiesta y compromiso social se vivió en la Teletón 2025, que culminó con la cifra récord de $44.253.268.546 recaudados, superando ampliamente la meta oficial de $40.502.617.946. Esta edición marcó el retorno del bloque final al Estadio Nacional, un escenario cargado de simbolismos para la cruzada solidaria, que no se presentaba allí desde 2022.
Desde la apertura en el Teatro Teletón hasta el cierre en el estadio, la jornada mostró una combinación de artistas nacionales e internacionales que lograron mantener el ánimo alto y la atención del público. Myriam Hernández, Pablo Alborán, Ana Torroja, Paulina Rubio y Cristián Castro fueron algunos de los nombres que animaron la velada, junto a figuras chilenas como Zúmbale Primo, Gino Mella y Stefan Kramer, quien con sus imitaciones aportó un tono de humor que alivió la tensión propia de un evento de esta magnitud.
Sin embargo, no todo fue celebración sin matices. El público, conocido en la jerga popular como “El Monstruo” —un término que evoca la intensidad y pasión de las multitudes en el estadio— hizo sentir su voz al reclamar la presencia de María José Quintanilla en el Festival de Viña del Mar 2026. La cantante, que hizo bailar a la audiencia y despertó ovaciones, no aparece en la parrilla oficial del certamen, lo que generó un debate público sobre las decisiones artísticas y comerciales detrás del evento viñamarino. '¡A Viña!, ¡A Viña!' fue el grito que resonó en el Nacional, mientras Quintanilla mostraba emoción y agradecimiento.
El evento no estuvo exento de simbolismos políticos. El Presidente Gabriel Boric, en su última Teletón como mandatario, hizo un llamado a la unidad en tiempos de polarización, enfatizando que 'Cuando este corazón late, Chile late'. Su discurso, junto a la presencia de candidatos presidenciales de distintas orientaciones, reflejó la Teletón como un espacio transversal, que pese a las diferencias políticas, sigue siendo un punto de encuentro nacional.
Sin embargo, analistas y sectores críticos advierten que la cruzada solidaria también refleja las tensiones sociales y económicas del país. La estabilidad en la recaudación, sin sobresaltos ni llamados desesperados, puede interpretarse como un signo de madurez en la gestión del evento, pero también como un reflejo de una sociedad que, aunque solidaria, enfrenta desafíos estructurales en materia de inclusión y apoyo a la discapacidad.
El despliegue artístico incluyó momentos de magia con Jean Paul Olhaberry y humor con Stefan Kramer, quien imitó a figuras políticas y del espectáculo, generando risas y críticas por igual. La aparición de José Antonio Neme como animador y protagonista de momentos espontáneos añadió un matiz de cercanía y humor popular.
La ausencia de María José Quintanilla en Viña, a pesar de su popularidad y el clamor del público, pone en evidencia las dinámicas internas del espectáculo nacional, donde el talento y la demanda popular no siempre se traducen en espacios oficiales. Esto abre una discusión sobre los criterios de selección y el peso de la industria en eventos masivos.
La Teletón 2025 reafirma su rol como un fenómeno social que trasciende la mera recaudación de fondos. Es un espacio donde convergen la solidaridad, la cultura popular, la política y las tensiones sociales. La superación de la meta sin sobresaltos indica una gestión más profesional y menos dependiente de la urgencia, pero también invita a reflexionar sobre la necesidad de ampliar los enfoques hacia la inclusión real y la visibilización de las personas con discapacidad.
El reclamo del público por María José Quintanilla y la presencia de voces diversas en el evento ilustran que la Teletón sigue siendo un escenario donde se juegan no solo causas benéficas, sino también narrativas culturales y políticas que reflejan el Chile actual.
En definitiva, la cruzada solidaria mantiene su capacidad de convocar y emocionar, pero también de mostrar las contradicciones y desafíos que el país debe enfrentar para avanzar hacia una sociedad más justa y cohesionada.
2025-11-26