Adolescente de 15 años asesinó a su compañero en centro de rehabilitación en Buin: un drama que desnuda grietas en el sistema de protección juvenil

Adolescente de 15 años asesinó a su compañero en centro de rehabilitación en Buin: un drama que desnuda grietas en el sistema de protección juvenil
Actualidad
Justicia Tribunales
2025-11-30
Fuentes
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- Conflicto mortal entre dos jóvenes en un centro de rehabilitación

- Imputado menor de edad, detenido tras el homicidio

- Sistema de protección juvenil cuestionado por falta de recursos y supervisión

El 12 de noviembre de 2025, en el centro de rehabilitación "Cree en ti" de Buin, un joven de 19 años murió tras recibir una puñalada en el tórax propinada por un adolescente de 15 años, su compañero en el recinto. El ataque ocurrió en la zona de quinchos del establecimiento, donde ambos mantenían residencia temporal para tratamiento de adicciones. A pesar del traslado urgente al Hospital de Buin, la víctima falleció horas después debido a la gravedad de la herida.

La Brigada de Homicidios Sur de la Policía de Investigaciones (PDI) se hizo cargo de las diligencias, que apuntan a una discusión previa como detonante del fatal desenlace. El adolescente fue detenido inmediatamente y puesto a disposición del Juzgado de Garantía de San Bernardo.

Este episodio ha puesto en el centro del debate la compleja realidad que enfrentan los centros de rehabilitación para jóvenes, donde coexisten vulnerabilidades extremas y sistemas de protección a menudo insuficientes.

Desde una perspectiva institucional, autoridades del Ministerio de Justicia y del Sename reconocen las dificultades para garantizar ambientes seguros en estos espacios. "Los recursos destinados a la supervisión y apoyo psicosocial son limitados y no siempre permiten anticipar ni evitar estos conflictos", admitió un funcionario anónimo.

En el espectro político, las reacciones se dividen. Algunos sectores de derecha enfatizan la necesidad de endurecer las medidas judiciales para menores infractores y aumentar la vigilancia en estos centros, argumentando que "la impunidad y la falta de control generan un caldo de cultivo para la violencia". Por otro lado, voces desde la izquierda y organizaciones sociales llaman a abordar las causas estructurales de la violencia juvenil, como la pobreza, la exclusión y la falta de oportunidades, señalando que "criminalizar a adolescentes sin un acompañamiento integral solo perpetúa el ciclo de daño".

En la comunidad de Buin, el impacto ha sido profundo. Familiares y vecinos expresan conmoción y tristeza, pero también incertidumbre sobre la capacidad del sistema para proteger a quienes más lo necesitan. Una madre de un usuario del centro comentó: "Esto nos duele a todos, pero también nos hace preguntarnos qué está fallando para que pase algo así dentro de un lugar que debería ser seguro".

Este caso se suma a una serie de incidentes que han evidenciado las tensiones y desafíos en la gestión de centros de rehabilitación para jóvenes en Chile, donde la mezcla de problemas sociales, falta de recursos y ausencia de protocolos efectivos puede desencadenar tragedias.

En conclusión, la muerte del joven en Buin no solo es un hecho criminal, sino también un síntoma de un sistema que requiere revisión urgente. La coexistencia de enfoques punitivos y sociales refleja la dificultad para encontrar soluciones que protejan a menores en conflicto con la ley y a la vez promuevan su reinserción. Mientras la investigación judicial sigue su curso, el país enfrenta una pregunta incómoda: ¿cómo evitar que la violencia se reproduzca en espacios diseñados para la recuperación y el cuidado?

Las verdades que emergen son claras: la violencia juvenil es multifactorial y no puede ser abordada solo desde la justicia penal; la protección y rehabilitación requieren recursos adecuados y un compromiso social profundo; y la sociedad chilena debe enfrentar con valentía los dilemas que este caso desnuda, sin caer en simplismos ni respuestas inmediatas que solo alimenten la polarización.