El nuevo rostro del rating televisivo en Chile: cómo la medición cambió la forma en que vemos la TV
La transformación silenciosa del rating televisivo en Chile ha dejado atrás el modelo tradicional de porcentajes para dar paso a una medición más exacta y adaptada a los tiempos digitales. El lunes 14 de abril de 2025, Kantar Ibope Media presentó un sistema que incorpora dispositivos como People Meter 7 y Focal Meter, capaces de captar el consumo audiovisual no solo en televisores convencionales, sino también en pantallas inteligentes, computadores, tablets y smartphones, abarcando así un universo de 16,6 millones de personas a nivel nacional.
Este cambio no es menor. La nueva metodología permite conocer el número exacto de espectadores de cada programa, dejando atrás la tradicional medición en porcentajes que, aunque útil, ocultaba detalles cruciales para anunciantes y productores. Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media en Chile, subrayó que "la forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar". Esta innovación promete optimizar la inversión publicitaria y mejorar la toma de decisiones estratégicas en la industria audiovisual.
Desde la perspectiva de los canales nacionales—Chilevisión, Mega, Canal 13 y TVN—, esta nueva forma de medir el rating implica un desafío y una oportunidad. Por un lado, deben adaptarse a una audiencia fragmentada que consume contenido en múltiples plataformas; por otro, disponen de datos más precisos para ajustar sus parrillas y estrategias de producción. Sin embargo, algunos expertos advierten que esta precisión puede aumentar la presión por contenidos que generen picos de audiencia inmediatos, potenciando la competencia feroz y la posible homogeneización de la oferta.
A nivel regional, la medición abarca las 16 regiones del país, lo que permite una representación más fiel y detallada de las preferencias locales, un aspecto largamente demandado por anunciantes y analistas. Esto abre la puerta a una programación más segmentada y a una publicidad más dirigida, aunque también plantea interrogantes sobre la concentración de contenidos y la equidad en la representación cultural.
Desde la mirada ciudadana, la evolución del rating refleja el cambio en los hábitos de consumo: el auge de plataformas digitales y la diversificación de pantallas ha modificado la forma en que las personas interactúan con la televisión. Algunos usuarios valoran la mayor oferta y flexibilidad, mientras que otros expresan preocupación por la saturación y la pérdida de espacios comunes de encuentro social a través de la TV abierta.
En conclusión, la transformación en la medición del rating en Chile no solo es un avance tecnológico, sino un reflejo de un ecosistema audiovisual en plena metamorfosis. El paso de porcentajes a cifras absolutas y la incorporación de múltiples dispositivos para captar el consumo redefinen el poder de la audiencia y obligan a los actores del sector a repensar sus estrategias. Esta nueva realidad presenta oportunidades para una programación más ajustada a los intereses reales, pero también desafíos en términos de diversidad, competencia y la función social de la televisión. El futuro del rating es, en definitiva, un espejo de la sociedad digital en que vivimos.