
Una adopción acelerada con matices
Para abril de 2025, más de la mitad de los trabajadores chilenos (55%) ya incorporaba herramientas de inteligencia artificial (IA) en sus tareas cotidianas, un salto de 19 puntos porcentuales respecto al año anterior. Este dato emerge de un estudio regional realizado por Laborum, que posiciona a Chile junto a Argentina en el segundo lugar de adopción en América Latina, solo superados por Perú (57%).
La expansión de la IA en el entorno laboral chileno no solo refleja una tendencia tecnológica, sino que también abre un escenario donde las certezas se mezclan con inquietudes profundas.
Perspectivas contrapuestas: utilidad versus temor
Desde un sector mayoritario, la IA es vista como una aliada que ahorra tiempo (56%), agiliza procesos (57%) y facilita el acceso a información (51%). Diego Tala, director comercial de Laborum, afirma: "Esto demuestra que la IA no solo está ganando terreno en la práctica, sino que también las personas trabajadoras tienen una percepción positiva respecto a su utilidad".
Sin embargo, esta visión optimista convive con un sentimiento de vulnerabilidad. Un 39% de los trabajadores teme que la IA termine reemplazando empleos, cifra que, aunque menor que en otros países de la región, no deja de ser significativa. La inquietud se intensifica en sectores donde la automatización es más palpable, y donde la experiencia laboral se ve amenazada por algoritmos y sistemas inteligentes.
Dependencia tecnológica y la defensa del criterio humano
Más allá del miedo al desempleo, el estudio revela un debate interno sobre el grado de dependencia que debe tenerse hacia la IA. El 55% de los encuestados señala como principal desafío no depender completamente de estas herramientas, mientras que un 44% destaca la importancia de mantener el criterio humano en la toma de decisiones y ejecución de tareas.
Este dilema refleja una tensión entre aprovechar las ventajas tecnológicas y preservar la autonomía y el juicio profesional, un tema que atraviesa no solo a Chile sino a las sociedades que enfrentan la revolución digital.
Voces en el coliseo laboral
Desde la mirada empresarial, la IA se presenta como un motor de productividad y competitividad en un mercado globalizado. Para muchos trabajadores, es una herramienta que potencia sus capacidades y reduce cargas repetitivas.
No obstante, sindicatos y organizaciones laborales advierten sobre la necesidad de regulaciones claras que protejan los derechos de los trabajadores, eviten despidos masivos y aseguren procesos de capacitación adecuados.
En el espacio público, académicos y expertos en políticas laborales llaman a un debate profundo que integre ética, formación continua y nuevas formas de empleo, para no reproducir desigualdades ni generar exclusión.
Conclusiones y consecuencias visibles
El fenómeno de la inteligencia artificial en el trabajo chileno no es una simple cuestión tecnológica, sino un desafío social y económico que está en plena evolución. El aumento en la adopción de IA es innegable y sus beneficios comienzan a materializarse en eficiencia y acceso a información. Sin embargo, persisten tensiones sobre el futuro del empleo, la dependencia tecnológica y el valor del criterio humano.
Este escenario demanda una mirada plural y crítica que reconozca las múltiples realidades y posiciones en juego. No se trata de una batalla entre humanos y máquinas, sino de un encuentro complejo donde la sociedad debe decidir cómo integrar la inteligencia artificial sin sacrificar dignidad laboral ni equidad.
La historia que se escribe hoy con la IA en Chile es una tragedia y una oportunidad simultáneamente, donde cada actor juega su papel y el público observa, reflexiona y espera que el desenlace sea justo y sostenible.