
Tras las elecciones presidenciales y parlamentarias del 17 de noviembre, los mercados chilenos experimentaron un movimiento notable: el índice IPSA subió un 3%, acercándose a máximos históricos, mientras el dólar cayó alrededor de 15 pesos en la apertura del día siguiente. Este fenómeno se interpretó inicialmente como un voto de confianza de los inversionistas en la posibilidad de un gobierno de derecha, que podría traer mayor estabilidad económica y políticas pro mercado.
Mauricio Cañas, director de estrategia Wealth Management de BTG Pactual, señaló que "los mercados buscan certezas y un marco político que permita un ambiente favorable para la inversión". Desde esta perspectiva, la victoria de la oposición se traduce en un impulso para los activos financieros, reflejando optimismo sobre reformas económicas y estabilidad institucional.
Sin embargo, la euforia no es unánime. Algunos analistas advierten que el rally podría estar alimentado más por la especulación y el alivio político que por fundamentos económicos sólidos. Un economista consultado por La Tercera afirmó: "El mercado está celebrando un escenario político, pero la economía real enfrenta desafíos estructurales que no se resolverán de la noche a la mañana".
Por un lado, sectores empresariales y financieros ven en esta alza una oportunidad para atraer capitales y acelerar proyectos de inversión. El aumento en la confianza podría traducirse en mayor empleo y crecimiento económico, especialmente si el nuevo gobierno logra implementar reformas claras y efectivas.
Por otro lado, voces críticas recuerdan que la economía chilena arrastra problemas como la desigualdad, la dependencia de materias primas y la incertidumbre en sectores clave como la minería y la energía. Además, la volatilidad global, con tensiones comerciales y riesgos geopolíticos, podría afectar la sostenibilidad del rally.
En regiones fuera de Santiago, la reacción ha sido más cautelosa. La expectativa de mejoras económicas no se traduce automáticamente en beneficios para comunidades afectadas por la precariedad laboral y la falta de inversión pública. Un dirigente social del sur del país comentó: "Los mercados pueden celebrar, pero en terreno seguimos esperando que las promesas se conviertan en cambios reales".
Asimismo, organizaciones sociales llaman a no perder de vista las demandas ciudadanas por justicia social y equidad, advirtiendo que un crecimiento económico sin inclusión podría exacerbar tensiones.
- El rally bursátil refleja un optimismo político que, aunque legítimo, debe ser evaluado con cautela frente a los desafíos económicos estructurales.
- La caída del dólar impulsa la competitividad de exportaciones, pero también encarece insumos importados, afectando ciertos sectores productivos.
- La disparidad en percepciones entre actores económicos y sociales subraya la necesidad de políticas que integren crecimiento con justicia social.
En definitiva, los mercados chilenos están en un momento de euforia que podría marcar un punto de inflexión, pero también un riesgo de sobrecalentamiento. La clave estará en la capacidad del nuevo gobierno para traducir expectativas en resultados concretos, equilibrando la confianza financiera con la inclusión social y la estabilidad macroeconómica.
2025-09-03
2025-11-17