
Un actor que se expande y se redefine
En 2024, Empresas Lipigas dio un giro estratégico al convertirse en LipiAndes, un holding multinacional que agrupa operaciones en Chile, Colombia y Perú. Juan Manuel Santa Cruz, presidente del directorio, no oculta su convicción: esta internacionalización no es fruto del azar, sino de una decisión consciente y planificada que busca aprovechar el potencial de América Latina. 'La internacionalización en América Latina no es casualidad, sino una decisión consciente de poner en primer lugar a nuestra gente y al continente', afirmó en su última carta a accionistas.
El EBITDA consolidado alcanzó $155.300 millones, un 23,9% más que en 2023, con un 22% proveniente de negocios fuera de Chile, frente al 14% registrado siete años atrás. Esta diversificación apunta a fortalecer la presencia regional y a mitigar riesgos asociados a un mercado local limitado.
La apuesta por la energía verde y renovable
En un contexto global donde la transición energética se impone como una necesidad, LipiAndes ha invertido cerca de $50 mil millones en los últimos dos años para expandir su oferta de gases renovables. La construcción de una planta de gas natural licuado renovable (GNL-R) en Ñuble, basada en desechos agrícolas que generan metano, es uno de los hitos más destacados.
Además, la alianza estratégica con ENAP para desarrollar gas licuado renovable (Bio GLP) y diésel renovable, con la primera molécula disponible en 2025, marca un paso hacia la sostenibilidad. Sin embargo, esta transición no está exenta de críticas.
Perspectivas encontradas: un debate que trasciende lo económico
Desde sectores ambientalistas, se cuestiona la continuidad del gas como fuente energética, argumentando que su consumo perpetúa una matriz dependiente de combustibles fósiles, aunque sea en versiones renovables. Organizaciones sociales alertan que la expansión logística y energética puede profundizar desigualdades territoriales, especialmente en regiones como Antofagasta y Ñuble, donde se concentran nuevas inversiones.
En contraste, desde el mundo empresarial y algunos gobiernos regionales, se destaca el impulso al empleo y la modernización del sector energético, con énfasis en la reducción de emisiones contaminantes y la innovación tecnológica. 'El gas seguirá siendo una energía de alto consumo y relevancia en América Latina', sostiene Santa Cruz, quien ve en esta matriz un puente necesario hacia un futuro más limpio.
El desafío de la diversificación y la sostenibilidad
LipiAndes no solo crece en gas: su brazo eléctrico EVOL y la logística RockTruck muestran ambiciones expansivas con metas para 2030 que multiplican por cuatro y por trece sus aportes actuales, respectivamente. Esta diversificación refleja una estrategia integral que busca consolidar la empresa como un actor clave en la región.
No obstante, la historia reciente de la empresa incluye también cierres de proyectos fallidos, como Frest y TALO, que evidencian la complejidad de innovar en mercados volátiles y altamente regulados.
Conclusiones: certezas y sombras en el horizonte
La internacionalización de LipiAndes es un hecho consolidado y su crecimiento económico es tangible. Sin embargo, las tensiones entre desarrollo económico, sostenibilidad ambiental y justicia social plantean interrogantes que no se resolverán fácilmente.
Este caso invita a reflexionar sobre cómo las empresas energéticas pueden navegar la transición hacia modelos más verdes sin reproducir viejas desigualdades ni generar nuevos conflictos territoriales. La apuesta de LipiAndes es ambiciosa, pero su éxito dependerá de la capacidad de integrar múltiples voces y de responder a demandas sociales y ambientales que ya no pueden ser postergadas.
En este escenario, los ciudadanos, académicos y tomadores de decisión tienen un papel clave para exigir transparencia, diálogo y responsabilidad en un sector que seguirá siendo central para el futuro de Chile y América Latina.
2025-11-08