Chile intensifica lobby en EE.UU. para mitigar impacto de guerra comercial de Trump: una estrategia que revela fracturas internas y desafíos a largo plazo

En medio de una guerra comercial global que se ha intensificado desde abril de 2025, Chile ha desplegado una estrategia diplomática y empresarial coordinada para enfrentar el aumento unilateral de aranceles del 10% impuesto por la administración Trump a sus exportaciones. Más allá de la reacción inmediata, hoy, siete meses después, se evidencia un complejo entramado de gestiones que combinan diplomacia, lobby legal y alianzas con sectores económicos estadounidenses, con un objetivo claro: mitigar el daño económico y preservar la estabilidad de relaciones comerciales históricas.

El tablero estadounidense: entre aliados y divisiones

El gobierno chileno, encabezado por el canciller Alberto van Klaveren y el embajador Juan Gabriel Valdés, ha identificado en Washington una escena fragmentada. Por un lado, los republicanos están divididos entre quienes apoyan la política proteccionista de Trump y quienes advierten sobre sus riesgos para la economía y las elecciones de medio término en 2026. En este contexto, Chile ha apostado por acercarse a senadores como Rand Paul y Ted Cruz, que critican las medidas arancelarias, y a demócratas influyentes como Tim Kaine, que han mostrado disposición a respaldar a Chile.

Desde el sector privado, gremios empresariales han contratado estudios jurídicos y lobistas en Washington para penetrar en los círculos de influencia y generar presión interna en EE.UU. "Ahora enfrentamos una situación mucho más compleja y se hace imprescindible obtener acceso a los tomadores de decisiones en Estados Unidos, urge armar la estrategia del lobby", señaló un integrante del comité público-privado que coordina esta respuesta.

Voces encontradas en Chile: pragmatismo versus soberanía

El contraste en Chile es palpable. Mientras el gobierno ha priorizado la diplomacia pragmática, incluso manteniendo canales abiertos con la administración Trump pese a críticas públicas del Presidente Boric, sectores opositores cuestionan la efectividad y los costos políticos de esta estrategia. Algunos argumentan que la defensa del libre comercio no debe traducirse en concesiones que comprometan avances en propiedad intelectual, regulación de semillas y reformas de pensiones, temas sensibles para el gobierno actual.

"El problema de Chile no son los aranceles, sino los pendientes complejos que Estados Unidos exige y que limitan nuestra soberanía económica", explican fuentes cercanas al equipo negociador. Este dilema refleja una tensión entre la necesidad de proteger exportaciones clave, como el cobre y productos forestales, y la voluntad de mantener políticas internas que respondan a demandas sociales y medioambientales.

Impactos regionales y sectoriales: un efecto dominó

Las exportaciones mineras y forestales, pilares de la economía chilena, han sentido la incertidumbre. Inversiones significativas, como los US$450 millones de Celulosa Arauco en Michigan, están en riesgo por posibles alzas arancelarias que afectarían empleo y costos. En paralelo, la búsqueda de aliados se extiende a importadores, distribuidores y legisladores en estados clave como Florida, Pensilvania y Nueva Jersey, donde el impacto económico podría traducirse en presión política.

Constataciones finales

La estrategia chilena frente a la guerra comercial de Trump es un ejercicio de equilibrio entre la urgencia económica y las complejidades políticas internas y externas. La red de lobby y diplomacia desplegada revela la importancia de entender que el comercio internacional no es solo un asunto económico, sino un campo donde convergen intereses políticos, sociales y estratégicos. La división estadounidense ofrece oportunidades, pero también riesgos, mientras que en Chile persiste la tensión entre pragmatismo y soberanía.

A seis meses del inicio de esta crisis, queda claro que los efectos no solo se miden en cifras de exportación, sino en la redefinición del papel de Chile en un orden mundial cada vez más fragmentado. La batalla por mantener abiertas las puertas del comercio con Estados Unidos continúa, pero el costo político y social de esta guerra comercial apenas comienza a desplegarse.