Estados Unidos e Irán reanudan negociaciones nucleares: un diálogo que desafía décadas de desconfianza

Estados Unidos e Irán reanudan negociaciones nucleares: un diálogo que desafía décadas de desconfianza
Internacional
América Latina
2025-11-30
Fuentes
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- Reinicio de negociaciones directas tras una década de ruptura.

- Tensiones entre demandas de desmantelamiento total y soberanía nuclear iraní.

- Amenaza latente de acción militar y repercusiones regionales.

Un nuevo capítulo en un drama de larga data

El 11 de abril de 2025, Estados Unidos e Irán iniciaron en Omán las primeras conversaciones directas en una década para abordar el controvertido programa nuclear iraní. Este gesto, que podría parecer un paso hacia la distensión, es en realidad el desenlace de una compleja historia de rupturas, sanciones, amenazas y desconfianzas mutuas que han marcado las relaciones internacionales desde 2015.

El origen del conflicto: un acuerdo roto y sus consecuencias

El acuerdo nuclear original, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), fue firmado en 2015 por Irán y seis potencias mundiales, incluyendo Estados Unidos. Su objetivo era limitar el programa nuclear iraní a fines civiles, con estrictas inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, en 2018, el gobierno de Donald Trump se retiró unilateralmente del pacto, calificándolo de "mal acuerdo" y restableciendo sanciones económicas severas.

Esta decisión llevó a Irán a incumplir varios compromisos clave, aumentando el enriquecimiento de uranio a niveles que, según la OIEA, podrían ser suficientes para fabricar armas nucleares en un plazo corto. La tensión escaló hasta un punto en que la amenaza de acción militar estadounidense se volvió una sombra constante.

Perspectivas políticas en choque

Desde Washington, el gobierno de Trump (y sus sucesores) ha insistido en la necesidad de un acuerdo más amplio que incluya el desmantelamiento total del programa nuclear iraní, sus misiles balísticos y actividades regionales consideradas agresivas. Mike Waltz, asesor de seguridad nacional, afirmó que buscan "el desmantelamiento total" del programa.

Por otro lado, Irán sostiene que su programa es exclusivamente civil y que la soberanía nacional le permite desarrollar tecnología nuclear pacífica. El ministro iraní Abbas Araghchi señaló que las negociaciones serán indirectas y condicionadas a la exclusión de la opción militar.

La postura de Israel, un actor clave en la región, agrega otra dimensión al conflicto. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha sido categórico en que solo aceptará un acuerdo que implique la eliminación total del programa nuclear iraní, incluso mediante acciones militares si es necesario.

Impacto regional y riesgos de escalada

La reanudación de las negociaciones ocurre en un contexto regional delicado. Irán ha fortalecido su influencia en Medio Oriente a través de alianzas con grupos armados y gobiernos afines, mientras que Estados Unidos mantiene bases militares estratégicas en países vecinos. La posibilidad de un ataque militar es real, aunque con riesgos considerables: las instalaciones nucleares iraníes están profundamente enterradas, y cualquier ofensiva podría desencadenar represalias en la región, incluyendo ataques a Israel y a fuerzas estadounidenses.

Además, países clave como Qatar podrían negarse a facilitar operaciones militares por temor a represalias, complicando aún más el escenario.

Voces desde la sociedad y la academia

Expertos en relaciones internacionales y seguridad nuclear coinciden en que la negociación directa es un avance positivo, aunque advierten que las diferencias fundamentales persisten. Algunos analistas señalan que la presión militar y económica ha empujado a Irán a adoptar posturas más rígidas, mientras otros creen que el diálogo es la única vía para evitar un conflicto abierto.

En Irán, sectores nacionalistas ven las negociaciones como una defensa de la soberanía frente a la hegemonía extranjera, mientras que voces reformistas abogan por acercamientos que alivien la crisis económica causada por las sanciones.

Conclusiones y consecuencias visibles

Este episodio marca un punto de inflexión en una historia de confrontación prolongada. La reanudación del diálogo directo entre Estados Unidos e Irán, aunque todavía rodeada de incertidumbres y amenazas, abre una ventana para evitar una escalada militar que podría desestabilizar aún más Medio Oriente.

Sin embargo, las condiciones impuestas por ambas partes reflejan profundas desconfianzas y objetivos contrapuestos. La insistencia estadounidense en un desmantelamiento total choca con la defensa iraní de su derecho a un programa nuclear pacífico. La influencia de actores regionales como Israel y la complejidad geopolítica implican que cualquier avance requerirá concesiones difíciles.

En definitiva, el futuro de estas negociaciones dependerá no solo de la voluntad política de Washington y Teherán, sino también de la capacidad de la comunidad internacional para mediar y garantizar mecanismos verificables que eviten tanto la proliferación nuclear como la guerra.

Este capítulo, lejos de cerrarse, invita a una reflexión profunda sobre las dinámicas de poder, soberanía y seguridad en un mundo multipolar, donde las decisiones de unos pocos pueden desencadenar consecuencias para muchos.