La caída abrupta del dólar y su impacto en la economía chilena: Más que una fluctuación cambiaria
Un terremoto silencioso en la economía local se desató cuando el dólar estadounidense experimentó una caída abrupta que, lejos de ser un fenómeno aislado, refleja tensiones y transformaciones profundas en el escenario macroeconómico chileno. El 11 de abril de 2025, el dólar cerró en $971,79, mostrando una baja sostenida que ha continuado hasta hoy, 30 de noviembre, con niveles que han sorprendido incluso a los analistas más optimistas.
Origen y evolución del fenómeno
La baja comenzó a gestarse en un contexto global marcado por la mayor alza semanal de la tasa soberana estadounidense desde 1982, que inicialmente generó nerviosismo en los mercados, pero terminó impulsando un reajuste en las expectativas cambiarias. El rendimiento del Tesoro a 10 años subió más de 16 puntos base a 4,59% el 11 de abril, un movimiento que alteró la percepción del dólar como refugio seguro.
En Chile, esta dinámica se tradujo en un debilitamiento del dólar frente al peso, que se fortaleció en medio de una recuperación del cobre —principal producto de exportación— y una serie de políticas internas que han buscado estabilizar la economía tras años de volatilidad.
Perspectivas encontradas
Desde el sector empresarial, especialmente en minería y exportaciones, la caída del dólar ha sido recibida con cautela. Por un lado, un peso más fuerte encarece los productos chilenos en el exterior, afectando la competitividad. Por otro, la reducción en el costo de insumos importados alivia presiones inflacionarias.
“Esta fluctuación nos obliga a replantear estrategias de mercado, pero también abre oportunidades para diversificar nuestras fuentes de ingreso”, señala un representante de la Asociación de Exportadores de Chile.
En el ámbito político, las reacciones no han sido menos polarizadas. Algunos sectores de oposición advierten que la apreciación del peso podría ser un espejismo que oculta vulnerabilidades estructurales, mientras que el gobierno defiende las medidas adoptadas para contener la inflación y fomentar la inversión.
“No podemos celebrar una moneda fuerte si no va acompañada de reformas profundas que aseguren estabilidad y crecimiento sostenible”, afirmó una diputada de la oposición en reciente sesión parlamentaria.
Impacto social y económico
Para los ciudadanos, la caída del dólar ha significado un alivio en el costo de vida, especialmente en productos importados y en el acceso a tecnología. Sin embargo, sectores como la agricultura y pequeñas industrias exportadoras han reportado dificultades para mantener sus márgenes.
Desde el punto de vista macroeconómico, la inflación ha mostrado una desaceleración moderada en los últimos meses, mientras que la inversión extranjera directa mantiene un ritmo estable, aunque con señales de precaución.
Constataciones y consecuencias
Tras meses de análisis y múltiples ajustes, queda claro que la caída del dólar no es un fenómeno pasajero ni un simple reflejo de la volatilidad internacional. Más bien, es un síntoma de cambios estructurales en la economía chilena y global.
Se confirma que:
- La fortaleza del peso chileno responde a una combinación de factores externos e internos, incluyendo la recuperación del cobre y políticas monetarias prudentes.
- La apreciación tiene efectos duales: alivio en la inflación y costos para exportadores.
- Las respuestas políticas y empresariales muestran una disonancia que refleja intereses y visiones distintas sobre el futuro económico.
En definitiva, este episodio nos invita a mirar más allá de las cifras diarias y a comprender que en la economía, como en la arena, cada movimiento tiene sus vencedores y sus vencidos, y que la verdadera batalla está en encontrar un equilibrio que permita un desarrollo inclusivo y sostenible.