La transformación del rating televisivo en Chile: Más allá de los números, una nueva mirada a la audiencia
Un cambio que redefine la televisión chilena
El 10 de abril de 2025 marcó un antes y un después en la forma en que se mide la audiencia televisiva en Chile. La empresa Kantar Ibope Media implementó una metodología inédita que no solo considera la televisión abierta, sino que incorpora el consumo en cable, plataformas digitales y dispositivos móviles, abarcando un universo de 16,6 millones de personas en todo el país.
Esta innovación tecnológica, basada en dispositivos como el People Meter 7 y el Focal Meter, permite registrar con mayor precisión y en tiempo real quiénes, cómo y dónde ven los contenidos. 'La forma en que consumimos contenido cambió radicalmente con la digitalización y la medición de audiencia también debía evolucionar', explicó Ignacio Mirchak, Country Leader de Kantar Ibope Media en Chile.
Perspectivas encontradas en el nuevo escenario
Desde el sector empresarial, la recepción ha sido mayoritariamente favorable. La medición en valores absolutos, que entrega el número exacto de espectadores, se traduce en una herramienta poderosa para optimizar la inversión publicitaria y orientar decisiones estratégicas. Sin embargo, algunos expertos en medios advierten sobre los riesgos de una sobredependencia en métricas tecnológicas que podrían invisibilizar segmentos sociales con menor acceso a dispositivos digitales.
En regiones, la nueva metodología ha revelado patrones de consumo que hasta ahora habían quedado relegados. Mientras que en Santiago predominan plataformas digitales y televisión por cable, en zonas rurales la televisión abierta sigue siendo el principal medio, aunque con una creciente penetración de dispositivos móviles.
En el ámbito ciudadano, la discusión se ha centrado en la calidad y diversidad de los contenidos. La medición más precisa ha evidenciado la preferencia por programas que combinan entretenimiento con información, lo que abre un debate sobre la responsabilidad social de los canales y productores.
Un desafío para el ecosistema audiovisual chileno
Este cambio no solo implica un ajuste técnico, sino una transformación cultural en cómo se entiende la audiencia y su relación con los medios. La integración de múltiples plataformas en una sola medición representa un esfuerzo por reflejar la complejidad del consumo actual. No obstante, la fragmentación del público y la multiplicidad de formatos ponen en tensión la tradicional lógica de la televisión abierta.
Además, la nueva medición ha puesto en evidencia la necesidad de políticas públicas que garanticen el acceso equitativo a las tecnologías, para evitar que ciertos grupos queden excluidos de esta nueva realidad mediática.
Conclusiones que emergen del cambio
La evolución del rating en Chile es más que un avance metodológico; es un reflejo de una sociedad que cambia sus hábitos y expectativas frente a la comunicación audiovisual. Las verdades que emergen son claras: el consumo es diverso, las audiencias no son homogéneas y la información debe adaptarse a esta complejidad.
Las consecuencias visibles apuntan a un mercado más competitivo y a una oferta que deberá ser más creativa y sensible a las demandas sociales. El desafío para los actores involucrados será equilibrar la innovación tecnológica con la inclusión y la calidad, evitando que la búsqueda de cifras precise se traduzca en pérdida de pluralidad y profundidad.
En definitiva, el nuevo sistema de medición del rating es un espejo donde se refleja la tensión entre tradición y modernidad, entre lo masivo y lo segmentado, y entre la economía de mercado y la función social de la televisión en Chile.