China eleva aranceles a EE.UU. al 125%: la escalada que redefine la guerra comercial

Una guerra arancelaria que no da tregua. El 12 de abril de 2025, China elevó los aranceles adicionales sobre productos estadounidenses al 125%, desde un ya alto 84%, en una represalia directa a las medidas comerciales impuestas por Washington. Esta escalada, que se ha prolongado y endurecido desde comienzos de año, no solo sacudió los mercados internacionales, sino que dejó al descubierto las profundas tensiones y contradicciones que atraviesan la relación entre las dos potencias económicas más grandes del planeta.

El choque de titanes y sus múltiples caras

Desde la óptica estadounidense, la administración que heredó las políticas agresivas de Donald Trump defendió inicialmente la imposición de aranceles como una herramienta para corregir desequilibrios comerciales y proteger la industria nacional. Sin embargo, esta estrategia ha enfrentado críticas internas, especialmente desde sectores empresariales y exportadores que ven en la escalada una amenaza directa a sus cadenas de valor y mercados.

En China, el gobierno justificó la subida como una respuesta necesaria ante lo que calificó como "una práctica unilateral de intimidación y coerción". "Con el nivel arancelario actual, no hay aceptación en el mercado para los productos estadounidenses exportados a China", declaró el Ministerio de Finanzas chino, dejando claro que no reconocerá nuevos aumentos impuestos por Washington.

Voces desde Chile: entre la preocupación y la oportunidad

Para Chile, país altamente dependiente del comercio internacional y con vínculos comerciales estrechos con ambas potencias, el conflicto ha significado un doble filo. Por un lado, la volatilidad en los mercados de materias primas, especialmente el cobre, ha generado incertidumbre en la economía nacional. Por otro, la oportunidad de diversificar mercados y fortalecer acuerdos con Asia y América Latina ha cobrado mayor urgencia.

Representantes de la industria exportadora chilena han expresado inquietud por la posible contracción del comercio transpacífico, mientras que sectores académicos y económicos llaman a una estrategia de inserción internacional más flexible y menos dependiente de Estados Unidos y China.

Un escenario global en tensión

La guerra arancelaria ha tenido efectos visibles: el dólar se disparó por sobre los $990, los índices bursátiles globales han sufrido fuertes caídas, y las cadenas logísticas transoceánicas enfrentan interrupciones crecientes. A nivel diplomático, intentos de mediación, como la intervención del presidente español Pedro Sánchez, han subrayado la necesidad de diálogo, aunque sin resultados concretos hasta ahora.

Conclusiones y verdades emergentes

La experiencia acumulada desde la imposición inicial de aranceles muestra que:

- Las guerras comerciales de esta magnitud no tienen ganadores claros, sino que generan pérdidas mutuas y desajustes económicos globales.

- La estrategia de confrontación ha profundizado la fragmentación del comercio mundial y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las economías interconectadas.

- Para Chile, la coyuntura reafirma la urgencia de diversificar sus relaciones comerciales y fortalecer su inserción en bloques regionales y mercados alternativos.

En definitiva, la escalada arancelaria entre China y Estados Unidos no se reduce a un enfrentamiento económico, sino que es un desafío geopolítico que redefine las reglas del juego global y obliga a países como Chile a repensar sus estrategias en un mundo cada vez más incierto y polarizado.