
Un giro inesperado en la economía estadounidense ha puesto a Wall Street en alerta. El índice de precios al consumidor (IPC) de Estados Unidos registró una caída mensual de 0,1% en abril de 2025, un dato que contrasta con las expectativas de un leve aumento. Este resultado ha desatado una reacción inmediata pero compleja en los mercados financieros, que, tras un repunte histórico el día anterior, comenzaron a corregir sus avances.
En la jornada del 10 de abril, el Nasdaq retrocedió 2,6%, el S&P 500 cayó 2,1% y el Dow Jones bajó 1,7%, evidenciando el nerviosismo de los inversionistas ante la nueva realidad inflacionaria. La bolsa chilena, por su parte, mostró una apertura estable, reflejando la cautela regional frente a la incertidumbre global.
Desde el punto de vista de los estrategas, las interpretaciones divergen. Jorge Herrera, subgerente de estrategia de inversión en Principal, señaló que "los inversionistas están más enfocados en la guerra comercial y los aranceles que en los datos de inflación, lo que explica la corrección tras la fuerte recuperación previa". En contraste, Dan Siluk, portfolio manager de Janus Henderson, advirtió que "las cifras reflejan un período previo a la aplicación de nuevos aranceles, por lo que se espera mayor volatilidad en los próximos meses, especialmente en los bienes afectados".
Esta volatilidad se traduce también en el mercado de bonos. La demanda por bonos del Tesoro a corto plazo se intensificó, con caídas de 7,5 puntos base en el tramo a dos años, mientras los operadores descuentan hasta tres recortes de la Reserva Federal para este año, con un 50% de probabilidad para un cuarto. Esta dinámica refleja un cambio en las expectativas sobre la política monetaria estadounidense y sus efectos en la economía global.
Los precios del petróleo y el índice de volatilidad VIX también mostraron movimientos significativos, con una caída del crudo superior al 3% y un aumento del llamado "índice del miedo". Mientras tanto, el oro continuó su escalada, acercándose a máximos históricos, en un claro refugio ante la incertidumbre.
Desde una perspectiva regional, la noticia ha generado preocupaciones en Chile y América Latina, donde la dependencia de las exportaciones y los flujos de capital hacen que las fluctuaciones en Wall Street tengan repercusiones directas. Algunos analistas locales destacan que "el escenario obliga a Chile a diversificar sus mercados y fortalecer su resiliencia económica frente a shocks externos", mientras que otros advierten sobre posibles efectos en la inversión y el empleo.
En definitiva, este episodio expone una tensión palpable entre la esperanza de una inflación controlada y el temor a que las tensiones comerciales y las políticas restrictivas vuelvan a complicar la recuperación económica. La caída del IPC estadounidense, lejos de ser un dato aislado, se inscribe en un contexto de incertidumbre global que invita a la cautela.
Como espectadores de esta nueva función en el gran teatro financiero, queda claro que la batalla entre fuerzas económicas y políticas no ha terminado. Las decisiones de la Reserva Federal, las negociaciones comerciales y la reacción de los mercados seguirán siendo protagonistas en los próximos capítulos, mientras inversionistas y ciudadanos observan con atención el desarrollo de esta trama que, sin duda, tendrá consecuencias palpables en la economía chilena y mundial.