Protestas de pescadores por la ley de fraccionamiento: un conflicto que revela grietas profundas en la pesca chilena

Un mar dividido y un Congreso en pausa. Desde marzo de este año, las aguas de la pesca artesanal chilena se han agitado más allá de las olas. Las protestas comenzaron el 25 de marzo y se extendieron hasta abril, con manifestaciones que llegaron hasta la sede del Congreso en Valparaíso y bloqueos en los puertos de San Antonio y Valparaíso. La razón: la lenta tramitación en la Comisión de Hacienda del Senado de la llamada "ley de fraccionamiento", un proyecto que busca redistribuir las cuotas de pesca entre los sectores industrial y artesanal. Pero, ¿qué hay detrás de este conflicto que parece un viejo duelo convertido en batalla campal?

Un conflicto con raíces profundas

La ley de pesca vigente, aprobada en 2013 y conocida como Ley Longueira, favorece ampliamente al sector industrial, dejando a la pesca artesanal en una posición marginal. Este desequilibrio fue denunciado en el caso Corpesca, que terminó con condenas por cohecho a algunos legisladores. La actual administración de Gabriel Boric ingresó en 2023 un proyecto para modificar esta realidad, proponiendo un fraccionamiento que divide las cuotas en tres zonas geográficas con porcentajes específicos para cada sector.

Voces en choque

Desde el oficialismo, el ministro de Economía Nicolás Grau ha defendido la iniciativa señalando la necesidad de un "equilibrio razonable" que proteja tanto los recursos marinos como los empleos. "Hay una distribución poco razonable de los recursos entre la pesca industrial y artesanal, y es una distribución que se hizo de una forma que le restó legitimidad a ese proceso", afirmó en una entrevista.

Por otro lado, el senador Felipe Kast, presidente de la Comisión de Hacienda, ha justificado la demora en la tramitación y ha rechazado la violencia de las protestas, aunque reconoce la relevancia del tema. "Este proyecto es prioridad de la Comisión y existe el mejor ánimo (...) Rechazamos la violencia, pero sabemos que es un tema relevante", dijo durante una sesión.

Las organizaciones de pescadores artesanales, sin embargo, ven en la dilación una estrategia para que las grandes empresas pesqueras influyan en la normativa. "La demora solo fortalece a quienes históricamente han monopolizado el mar", señala un dirigente sindical.

Impactos y consecuencias visibles

La tensión no se ha limitado a discursos. Las protestas derivaron en la quema de vehículos policiales y bloqueos marítimos que paralizaron la actividad portuaria en importantes ciudades. El Ministerio del Interior presentó querellas contra los responsables de los desórdenes, mientras que los sindicatos mantienen la alerta y la disposición a movilizarse.

Más allá de la coyuntura, este conflicto desnuda un problema estructural: la desigualdad y la falta de reconocimiento de la pesca artesanal como un actor clave en la economía y cultura chilena. La disputa por cuotas no solo es una pelea por recursos, sino por dignidad y justicia histórica.

Constataciones finales

La ley de fraccionamiento no es solo un proyecto legislativo: es un espejo que refleja las tensiones entre modernidad y tradición, entre poder económico y comunidades históricas. La demora en su aprobación y la violencia que ha generado muestran la urgencia de un diálogo profundo y transparente.

Mientras el Congreso debate, el mar sigue siendo escenario de una batalla que no solo afecta a pescadores, sino a la identidad y futuro de Chile como nación marítima. La pregunta que queda en el aire es si la política logrará estar a la altura de este desafío o si el conflicto seguirá escalando, con consecuencias imprevisibles para todos los actores involucrados.

---

Fuentes: El País Chile (31/03/2025), declaraciones oficiales del Ministerio de Economía y Comisión de Hacienda del Senado, testimonios de organizaciones de pescadores artesanales.