El agua en Chile: liderazgo femenino en la gestión de la crisis hídrica: Un capital invisible que sostiene comunidades y territorios

El agua en Chile: liderazgo femenino en la gestión de la crisis hídrica: Un capital invisible que sostiene comunidades y territorios
Medioambiente
Agua y recursos
2025-11-30
Fuentes
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- Mujeres rurales lideran la gestión del agua en zonas críticas.

- Su protagonismo técnico y social es clave para la resiliencia hídrica.

- Persisten brechas formativas y laborales que limitan su potencial.

Chile enfrenta una crisis hídrica que ya supera los 15 años, y en ese escenario, las mujeres rurales emergen como protagonistas invisibles y decisivas en la administración del recurso vital. Según el estudio "Mujeres rurales y gestión del agua" del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), muchas de ellas están al frente de sistemas de Agua Potable Rural (APR) y Saneamiento Sanitario Rural (SSR), resolviendo desafíos técnicos cotidianos como caudal, presión y tratamiento del agua.

Desde la mirada regional, este liderazgo no solo es un acto de supervivencia sino también de innovación social y técnica. Mujeres que gestionan comités y cooperativas han impulsado tecnologías adaptadas al contexto local, fortaleciendo la gobernanza hídrica con pertinencia territorial. Sin embargo, este protagonismo contrasta con su baja representación en sectores estratégicos como la minería, donde apenas el 21,8% de la fuerza laboral corresponde a mujeres, cifra que aunque ha mejorado, sigue siendo insuficiente para equiparar capacidades y oportunidades.

Carla Tapia, gerenta de operaciones de SHIMIN Ingeniería, señala que "promover la participación femenina en proyectos de agua no solo es justo, sino eficiente: los liderazgos femeninos muestran mejor desempeño técnico, sostenibilidad y mayor impacto comunitario".

Desde una perspectiva social, la participación activa de mujeres rurales ha sido clave para proteger fuentes de agua, asegurar el suministro en temporadas críticas y exigir transparencia en la toma de decisiones. Estas dirigentas han tejido redes de colaboración que vinculan comunidades con instituciones públicas y privadas, ampliando recursos y capacidades.

No obstante, persisten brechas formativas: solo un 14% de las mujeres rurales acceden a educación técnico-profesional en áreas vinculadas a energía, agua o minería. Esta limitación educativa restringe su acceso a empleos formales y a cargos de mayor responsabilidad en la gestión hídrica.

Diversos organismos internacionales y nacionales han subrayado que la seguridad hídrica es un desafío técnico, pero también de liderazgo humano y equidad. En Chile, ese liderazgo muchas veces tiene rostro de mujer.

Esta realidad invita a reflexionar sobre la urgencia de políticas públicas y privadas que amplíen el acceso de las mujeres rurales a la formación técnica, incentiven su contratación y visibilicen su rol. La gestión del agua, más allá de una cuestión técnica, es un asunto de justicia social y sostenibilidad ambiental.

En conclusión, el liderazgo femenino en la gestión hídrica rural chilena es un capital estratégico que sostiene comunidades y territorios en medio de una crisis prolongada. Reconocerlo y potenciarlo no solo es un imperativo ético, sino una condición para avanzar hacia un futuro con agua, equidad y resiliencia.