La guerra comercial EE.UU.-China tras un año: ¿quién ganó y quién perdió realmente?: Impactos más allá de los aranceles

La guerra comercial EE.UU.-China tras un año: ¿quién ganó y quién perdió realmente?: Impactos más allá de los aranceles
Internacional
América Latina
2025-11-30
Fuentes
cooperativa.cl www.latercera.com english.elpais.com elpais.com cooperativa.cl www.bbc.com www.df.cl elpais.com cooperativa.cl www.biobiochile.cl www.latercera.com www.latercera.com www.df.cl www.latercera.com

- Aranceles récord y represalias que tensionaron el comercio global.

- Efectos económicos mixtos en empresas y consumidores de ambos países.

- Reconfiguración de cadenas productivas con implicancias para América Latina.

Un año después de la escalada arancelaria entre Estados Unidos y China, el escenario global muestra una compleja red de consecuencias que van más allá de las cifras y los discursos oficiales.

El 9 de abril de 2025, entraron en vigor nuevos aranceles impuestos por EE.UU. a casi 60 países, incluyendo un recargo del 104% a productos chinos, en plena guerra comercial que ha marcado la última etapa de la relación bilateral. Este episodio no solo intensificó la disputa sino que abrió un capítulo de incertidumbre para el comercio mundial, con efectos palpables en múltiples frentes.

El choque frontal: discursos y realidades

Desde Washington, el expresidente Donald Trump instó a las empresas a trasladar sus operaciones a EE.UU. para evitar los aranceles, señalando que gigantes como Apple ya lo estaban haciendo en "cantidades récord". "Este es un gran momento para mudar su compañía a Estados Unidos", afirmó en su red social Truth Social, prometiendo "aranceles cero" para quienes cumplieran.

En Pekín, la respuesta fue igualmente contundente. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, declaró que China "combatirá hasta el final" las medidas, comprometiéndose a proteger sus derechos e intereses legítimos con acciones firmes.

Este choque de voluntades ha tenido un impacto directo en las empresas, que enfrentan costos más altos y decisiones estratégicas complejas. Mientras algunas multinacionales han acelerado la relocalización de sus cadenas productivas, otras han optado por diversificar proveedores, afectando especialmente a países emergentes.

Perspectivas divergentes

Desde la óptica estadounidense, sectores industriales protegidos por los aranceles reportan alivio temporal, aunque analistas advierten que los consumidores enfrentan precios más altos y menor variedad de productos. Algunos economistas señalan que la medida ha incentivado la inversión local, pero la volatilidad persiste.

En China, la guerra comercial ha acelerado la apuesta por la autosuficiencia tecnológica y la búsqueda de nuevos mercados. Sin embargo, el sector exportador ha sufrido una caída significativa en ciertos rubros, y la incertidumbre política preocupa a inversionistas.

Para América Latina, la disputa ha significado una doble oportunidad y amenaza. Países proveedores de materias primas han visto una demanda fluctuante, mientras que algunas industrias locales compiten con productos sustitutos o enfrentan dificultades para integrarse en cadenas globales alteradas.

Voces ciudadanas y sociales

En ambos países, las voces críticas emergen desde sindicatos, organizaciones de consumidores y expertos en comercio. En EE.UU., trabajadores de sectores afectados reclaman políticas más inclusivas que mitiguen el costo social de la confrontación. En China, la opinión pública muestra preocupación por la ralentización económica y el impacto en el empleo.

Constataciones y consecuencias

Un año después de la imposición de aranceles récord, la guerra comercial EE.UU.-China no ha encontrado un vencedor claro. La estrategia proteccionista ha generado costos económicos y políticos para ambos, mientras la globalización se reconfigura en un escenario más fragmentado.

La disputa ha evidenciado la fragilidad de las cadenas globales y la necesidad de políticas comerciales que consideren no solo intereses nacionales, sino también impactos sociales y regionales. Para América Latina, el desafío está en adaptarse a estas nuevas dinámicas, buscando oportunidades sin perder autonomía.

En definitiva, la guerra comercial ha sido un espectáculo de tensiones y estrategias, donde los protagonistas se enfrentan en un coliseo de intereses contrapuestos, y el público global observa las consecuencias que repercuten mucho más allá de los aranceles.