China endurece su guerra comercial con aranceles del 50% a importaciones desde EE. UU.: ¿Un punto de no retorno?

Un nuevo capítulo en la guerra comercial entre China y Estados Unidos se escribió el pasado 10 de abril, cuando Beijing implementó un arancel adicional del 50% a las importaciones provenientes de EE. UU. Esta medida se suma a un gravamen previo del 34%, elevando el total a un 104%, nivel que iguala el impuesto por Washington a productos chinos desde la administración Trump.

Este incremento no es un hecho aislado, sino el resultado de meses de tensión creciente que han ido erosionando la confianza y estabilidad en las relaciones económicas bilaterales. Para entender el alcance y las consecuencias de esta decisión, es necesario recorrer la cronología y las distintas voces que han emergido desde entonces.

Cronología de un conflicto que se intensifica

El origen de esta escalada se remonta a las políticas proteccionistas impulsadas por la administración Trump, que buscó reducir el déficit comercial con China mediante aranceles recíprocos. En abril de 2025, China respondió con un arancel adicional del 50% a productos estadounidenses, sumándose al 34% ya vigente. La entrada en vigor de esta medida coincidió con una fuerte volatilidad en los mercados financieros globales, con caídas notables en bonos y acciones.

Perspectivas encontradas: ¿Quién gana y quién pierde?

Desde el gobierno chino, el Ministerio de Finanzas justificó el aumento como una defensa legítima ante las políticas unilaterales de EE. UU., buscando proteger su industria nacional y equilibrar la balanza comercial.

Por otro lado, analistas estadounidenses y algunos sectores empresariales alertan que esta medida profundiza la incertidumbre, encarece costos para consumidores y productores, y podría desencadenar una desaceleración económica global. 'Esta escalada no solo afecta a ambas potencias, sino que repercute en cadenas globales que dependen del comercio bilateral', advierte un economista del Peterson Institute.

En Chile, país exportador de materias primas y con vínculos comerciales estrechos con ambas potencias, el impacto se ha sentido en la volatilidad del precio del cobre y la incertidumbre en inversiones. Voces desde gremios empresariales piden cautela y diversificación de mercados para mitigar riesgos.

Voces ciudadanas y sociales

En el plano social, trabajadores y consumidores enfrentan un escenario complejo: aumentos en precios de productos importados y posibles efectos en empleos vinculados a sectores exportadores. Organizaciones sociales llaman a un debate más profundo sobre el modelo económico y la dependencia de mercados externos.

Constataciones finales

La imposición de aranceles del 50% por parte de China marca un punto crítico en la guerra comercial con EE. UU., con efectos que trascienden lo bilateral y se proyectan en la economía global. La medida refleja un juego de suma cero donde las pérdidas y ganancias se distribuyen de manera desigual, generando un escenario de incertidumbre prolongada.

Este episodio confirma que las tensiones comerciales no solo son un choque económico, sino también un desafío político y estratégico de largo plazo. Para Chile y otros países en desarrollo, la lección es clara: la necesidad urgente de fortalecer la resiliencia económica y buscar alternativas que reduzcan la vulnerabilidad frente a conflictos internacionales.

El camino que sigue esta disputa aún es incierto, pero lo que está en juego es mucho más que aranceles: es la redefinición de un orden económico global que se encuentra en plena transformación.