Aranceles de Trump y la sacudida global: ¿un nuevo orden comercial o un retroceso irreversible?

En abril de 2025, Estados Unidos implementó una serie de aranceles recíprocos bajo la administración de Donald Trump, marcando un punto de inflexión en la dinámica económica global. Más allá del ruido inicial, la medida ha desencadenado un complejo entramado de consecuencias que, a siete meses vista, revelan un escenario de incertidumbre y realineamientos que no solo afectan a los mercados, sino que ponen en jaque las estructuras comerciales vigentes desde la posguerra.

El desafío de Trump y la respuesta del mundo

La puesta en marcha de estos aranceles, que apuntan principalmente a productos clave como el cobre, acero y tecnología, ha provocado fluctuaciones abruptas en los mercados bursátiles y materias primas. Según datos del Financial Times y Reuters, el índice S&P 500 sufrió caídas significativas en las semanas posteriores, mientras que commodities como el cobre, vital para la economía chilena, vieron una volatilidad que ha afectado a exportadores y empresas mineras.

Desde la perspectiva estadounidense, “Sé lo que hago”, declaró Trump al justificar la medida, argumentando la necesidad de proteger la industria nacional y corregir desequilibrios comerciales históricos. Sin embargo, esta postura ha generado reacciones encontradas dentro del propio país, donde sectores empresariales y algunos legisladores cuestionan la estrategia por su impacto en la cadena de suministros y el aumento de costos para consumidores.

Chile y América Latina: entre la vulnerabilidad y la adaptación

Para Chile, uno de los principales exportadores de cobre del mundo, la guerra comercial ha sido un golpe directo. Empresas como AMSA emitieron alertas sobre la afectación de los aranceles al cobre, señalando riesgos para la competitividad y la inversión. A nivel regional, países vecinos también han tenido que reconfigurar sus estrategias comerciales, buscando diversificar mercados y fortalecer acuerdos bilaterales para mitigar el impacto.

Desde la visión política local, el gobierno chileno ha adoptado una postura de cautela y diálogo, promoviendo la búsqueda de canales multilaterales para contener la escalada comercial. En contraste, sectores de oposición critican la falta de una estrategia más proactiva y reclaman mayor apoyo a las pymes afectadas por el encarecimiento de insumos.

Más allá del corto plazo: ¿un cambio estructural?

Analistas económicos coinciden en que este episodio puede marcar el fin de una era de liberalización global sin frenos, dando paso a un modelo más fragmentado y proteccionista. Gonzalo Bofill, destacado economista, calificó la situación como un “crudo diagnóstico” de la economía mundial, donde los patrones comerciales deberán reestructurarse para adaptarse a nuevas realidades.

No obstante, esta transición no está exenta de tensiones y contradicciones. Mientras algunos actores apuestan por consolidar bloques regionales y acuerdos alternativos, otros advierten sobre el riesgo de una escalada que podría derivar en una recesión global o en la profundización de desigualdades.

Constataciones finales

A siete meses de la implementación de los aranceles de Trump, se puede afirmar que:

- La guerra comercial ha alterado significativamente los mercados globales y ha expuesto la vulnerabilidad de economías altamente integradas.

- Las respuestas políticas y económicas han sido heterogéneas, reflejando tensiones internas y externas que complican la construcción de consensos.

- Chile y América Latina enfrentan el desafío de adaptarse a un escenario comercial más incierto, donde la diversificación y la resiliencia serán claves.

Este episodio invita a repensar no solo las políticas económicas, sino también las estructuras de poder y cooperación internacional, en un momento donde la búsqueda de equilibrios parece más urgente que nunca.