
El enigma Trump y la economía global: una ruptura que aún resuena
Desde que el presidente Donald Trump anunció medidas económicas proteccionistas en abril de 2025, los mercados mundiales han mostrado una volatilidad y desconcierto difíciles de entender bajo paradigmas tradicionales. La incapacidad de economistas y analistas para anticipar sus decisiones no es un mero error técnico, sino el reflejo de un cambio profundo en la lógica de la política económica estadounidense.
Trump ha dejado claro que sus políticas no se guían por modelos económicos convencionales, sino por una interpretación del mandato popular y convicciones personales que privilegian la justicia y seguridad nacional sobre la eficiencia de mercado. Esto ha generado un divorcio evidente entre la economía tradicional y la realidad política, con consecuencias palpables para países como Chile.
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Desde la mirada clásica, economistas y mercados esperaban que las políticas comerciales siguieran reglas racionales de beneficio mutuo y eficiencia. Sin embargo, Matías Pinto, exjefe del Departamento Económico de la Embajada de Chile en EEUU, señala que Trump mide el éxito en función de cumplir promesas políticas y satisfacer a su base electoral, no en parámetros puramente económicos.
Esta tensión genera una disonancia cognitiva constructiva: mientras los mercados ven distorsiones, Trump ve un acto de justicia económica y protección nacional. Por ejemplo, los aranceles aplicados buscan tres objetivos claros: aumentar ingresos fiscales, reducir el déficit comercial y revitalizar la industria local estadounidense.
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El 10% de arancel impuesto a productos chilenos fue recibido con un alivio mesurado, dada la conciencia de incumplimientos bilaterales previos en propiedad intelectual. Sin embargo, expertos advierten que este alivio es un falso consuelo. La verdadera amenaza está en la erosión de las reglas del comercio internacional, diseñadas para proteger a economías pequeñas y abiertas como la chilena.
Diferentes voces coinciden en que Chile debe replantear su estrategia: ¿seguir manteniendo un perfil bajo o adoptar un enfoque más proactivo y discreto? La respuesta no es unánime, pero sí urgente.
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El proteccionismo actual recuerda al de los años 30, que derivó en bloques comerciales rivales y conflictos globales. El Primer Ministro de Singapur, país tan abierto como Chile, advirtió que la estabilidad global que se conocía no volverá pronto y que los estados pequeños no pueden esperar que las reglas previas sigan vigentes.
“El reciente anuncio marca un cambio sísmico en el orden global. No podemos ser complacientes, ya que los riesgos son reales y la apuesta muy alta”, afirmó.
En este escenario, la lección para inversionistas, economistas y gobiernos es clara: no basta con el rigor analítico tradicional, sino que es necesario incorporar una comprensión más profunda de factores geopolíticos y culturales que ahora dominan la toma de decisiones.
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- La era de la globalización regida por normas y libre comercio tal como la conocíamos está en retroceso.
- Las políticas económicas de Trump evidencian un paradigma donde la política y la convicción personal prevalecen sobre la racionalidad económica clásica.
- Chile, como economía pequeña y abierta, enfrenta una vulnerabilidad estructural que exige nuevas estrategias y una lectura más compleja del escenario internacional.
Este no es solo un choque económico, sino un desafío para la comprensión crítica de un mundo en transición, donde las reglas del juego se están reescribiendo en tiempo real y sin aviso previo.
2025-11-12
2025-11-12