Nuevo monumento a Gabriela Mistral en Baquedano: un diálogo entre historia, modernidad y memoria femenina

Nuevo monumento a Gabriela Mistral en Baquedano: un diálogo entre historia, modernidad y memoria femenina
Actualidad
Cultura
2025-12-01
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- Un monumento que rompe con la tradición clásica al erigirse con prismas de acero que forman el rostro de Gabriela Mistral.

- Diversas voces especialistas reconocen la obra como un espacio de encuentro y renovación simbólica.

- Polémicas y tensiones tras la rápida licitación y la convivencia con la estatua ecuestre del general Baquedano.

Un nuevo rostro para Gabriela Mistral emerge en el corazón de Santiago, en el renovado nudo Baquedano, donde el pasado y el presente se enfrentan y dialogan a través del arte público. La obra "Lucila", seleccionada en julio de 2025 tras un proceso de licitación estatal que despertó críticas por su rapidez, será instalada durante el primer trimestre de 2026 en la Plaza Italia, que dejará de ser una rotonda para convertirse en un espacio de encuentro social.

Conformada por dieciséis prismas verticales de acero y aluminio bruñido, el monumento presenta fragmentos anamórficos del rostro de la poeta, extraídos del Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional. El efecto cinético, que revela la imagen completa solo desde ciertos ángulos, ha sido destacado por expertos como un gesto de modernidad que acerca a Gabriela Mistral a la ciudadanía, despojándola del rictus solemne que tradicionalmente la acompaña.

Pedro Pablo Zegers, investigador de la Academia Chilena de la Lengua, comenta: "Me gusta. No lo veo tan invasivo y me parece que el ver a Gabriela en esa selección de imágenes más sueltas, la hacen más cercana". Sin embargo, añade una reflexión que invita a la complejidad: 'Gabriela siempre estuvo muy lejos de aceptar este tipo de homenajes. No le agradaban los monumentos y menos que se levantaran en homenaje a su persona.'

Desde el mundo artístico, la poeta y editora Gladys González destaca la obra como un "punto atractivo" que podría convertirse en un nuevo hito lumínico y espacio de reunión en Santiago, mientras que el académico Carlos Maillet subraya su diálogo con el entorno urbano y la arquitectura, aportando un contrapunto necesario al lenguaje tradicional del bronce, representado por la figura ecuestre del general Baquedano.

"Lucila aporta un contrapunto necesario al lenguaje clásico del bronce que domina el lugar. Más que contradecirlo, lo complementa desde una poética diferente: una figura femenina, erguida y silenciosa, que irrumpe con sobriedad en la narrativa monumental", explica Maillet.

Esta convivencia simbólica entre el monumento a Baquedano y "Lucila" no está exenta de tensiones. La figura del general evoca un pasado militar y patriarcal, mientras que el homenaje a Gabriela Mistral representa una reivindicación femenina y cultural que interpela la historia oficial. La decisión política de instalar ambos en un mismo espacio ha sido interpretada como un intento de equilibrar tradición y renovación, aunque también ha suscitado debates sobre la pertinencia y el significado de estos símbolos en el Chile contemporáneo.

El proceso de licitación, realizado en poco más de un mes y con diez artistas postulantes, fue defendido por autoridades como un procedimiento transparente y necesario para cumplir con los plazos anunciados por el gobierno. No obstante, la rapidez y falta de mayor participación pública generaron críticas desde sectores culturales y ciudadanos, que demandan mayor deliberación en la construcción del espacio público.

Este monumento se inscribe en un contexto más amplio de conmemoraciones por los 80 años del Premio Nobel de Literatura otorgado a Gabriela Mistral en 1945, que ha impulsado iniciativas como la solicitud para declarar su natalicio como "Día de la Poesía Chilena" y la publicación de investigaciones sobre su vida y legado, incluyendo su relación con Cuba y su compromiso social.

La obra de Norma Ramírez y Mariana Silva no solo representa a una mujer emblemática de la cultura chilena, sino que también refleja un momento de reconfiguración simbólica en el espacio público, donde la memoria, la historia y la identidad se entrelazan y confrontan.

Conclusiones

Este nuevo monumento a Gabriela Mistral en Baquedano es mucho más que una escultura: es un campo de batalla simbólico donde convergen distintas visiones de Chile. Por un lado, la tradición y la historia militar representada por Baquedano; por otro, la modernidad, la diversidad y la reivindicación femenina encarnadas en "Lucila". La obra desafía al espectador a moverse, a cambiar de perspectiva para descubrir la imagen completa, metáfora de la necesidad de multiplicidad de miradas para comprender la complejidad cultural y política del país.

La polémica en torno al proceso de selección y la coexistencia de estos símbolos no se resuelve con consensos fáciles, sino que invita a un debate profundo sobre qué y cómo se recuerda en los espacios públicos. En definitiva, "Lucila" no solo devuelve la figura de Gabriela Mistral a la ciudad, sino que también la hace vibrar en una conversación abierta, incómoda y necesaria sobre memoria, género y poder en Chile.