La escalada arancelaria entre Estados Unidos y China: un pulso que redefine el comercio global

La escalada arancelaria entre Estados Unidos y China: un pulso que redefine el comercio global
Internacional
América Latina
2025-12-01
Fuentes
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- Amenaza de aranceles del 50% por parte de Estados Unidos a China.

- Respuesta recíproca de Pekín con tarifas del 34% a productos estadounidenses.

- Impacto visible en mercados globales y economías emergentes, incluyendo Chile.

En abril de 2025, el entonces expresidente Donald Trump lanzó una amenaza sin precedentes: imponer un arancel adicional del 50% a los productos chinos, sumándose a un gravamen ya existente del 54%, lo que habría elevado el total a un 104%. Esta medida, anunciada a través de redes sociales, no solo tensó la relación bilateral sino que desencadenó una respuesta inmediata de China, que aplicó un arancel del 34% a la importación de productos estadounidenses.

La escalada no tardó en reflejarse en la volatilidad de los mercados internacionales. Las bolsas globales sufrieron caídas abruptas, con el Dow Jones y el S&P 500 perdiendo más del 20% desde sus máximos recientes, un fenómeno que no se veía desde los momentos más críticos de la pandemia de covid-19 en 2020.

Desde la perspectiva de los países emergentes y de América Latina, la disputa comercial entre las dos potencias ha significado un desafío mayor. Chile, con su economía abierta y dependiente de la exportación de materias primas, ha visto cómo esta guerra arancelaria amenaza la estabilidad de sus mercados y la demanda de sus productos, especialmente en sectores como la minería y la agricultura.

"La incertidumbre generada por estas medidas afecta directamente la inversión y la confianza empresarial en la región", señala un economista chileno consultado por este medio.

En el plano político, la reacción en Estados Unidos estuvo dividida. Mientras sectores conservadores apoyaron la postura de Trump como un acto de defensa frente a lo que calificaron como prácticas comerciales desleales de China, voces liberales y parte del empresariado alertaron sobre los riesgos de una guerra comercial que podría derivar en una recesión global.

Por su parte, China sostuvo su posición con firmeza, argumentando que las medidas estadounidenses violaban normas multilaterales y perjudicaban la estabilidad económica mundial. "Estas acciones unilaterales solo generan más incertidumbre y ponen en riesgo la recuperación económica global", declaró un portavoz del Ministerio de Comercio chino.

Con el paso de los meses, y a pesar de la retórica beligerante, las negociaciones comerciales se mantuvieron congeladas, evidenciando un bloqueo diplomático que ha complicado la búsqueda de acuerdos.

Este episodio ha dejado varias enseñanzas claras: primero, que la interdependencia económica global hace que las disputas bilaterales tengan efectos colaterales que trascienden fronteras; segundo, que las estrategias proteccionistas pueden generar más daños que beneficios a largo plazo; y tercero, que la volatilidad financiera y la incertidumbre política son enemigos declarados de la estabilidad económica regional y mundial.

Para Chile y otros países de la región, la lección es doble: la necesidad de diversificar mercados y fortalecer la resiliencia económica frente a shocks externos, y la urgencia de participar activamente en la construcción de un sistema comercial multilateral más justo y estable.

Así, la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, lejos de ser un conflicto lejano, se ha transformado en un espejo donde se reflejan las tensiones y desafíos de un mundo globalizado que busca su nuevo equilibrio.