Tormentas eléctricas en la zona central: un fenómeno que puso a prueba la preparación y la gestión regional

Tormentas eléctricas en la zona central: un fenómeno que puso a prueba la preparación y la gestión regional
Actualidad
Medioambiente
2025-12-01
Fuentes
www.latercera.com www.latercera.com cooperativa.cl www.latercera.com www.latercera.com www.elinformadorchile.cl cooperativa.cl www.latercera.com www.latercera.com elpais.com www.meteored.cl www.elinformadorchile.cl

- Inestabilidad atmosférica generada por bajas segregadas desató tormentas eléctricas entre Coquimbo y Maule.

- Impacto desigual: zonas cordilleranas y precordilleranas sufrieron más, evidenciando brechas en infraestructura y respuesta.

- Debate político y social sobre prevención y comunicación ante eventos meteorológicos severos.

Un fenómeno natural esperado que desnudó desafíos pendientes.

El domingo 6 de abril de 2025, la zona central de Chile fue escenario de una serie de tormentas eléctricas que afectaron desde la región de Coquimbo hasta el Maule, con especial intensidad en sectores cordilleranos y precordilleranos de la Región Metropolitana, O’Higgins y Maule. La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) había anticipado la ocurrencia de este evento, producto del paso de una baja segregada —un núcleo frío de altura— que genera condiciones propicias para la formación de nubes Cumulonimbus, responsables de las descargas eléctricas y precipitaciones localizadas.

Desde la madrugada hasta la tarde de ese domingo, las tormentas eléctricas se manifestaron con ráfagas de viento y chubascos aislados, afectando particularmente las zonas montañosas donde el ascenso mecánico del aire ante la barrera de la cordillera potencia el desarrollo de estas nubes.

Perspectivas en disputa: entre la previsión y la realidad

Desde el punto de vista técnico, la DMC cumplió con emitir un aviso oportuno, basado en modelos meteorológicos que predijeron la trayectoria y la intensidad del fenómeno. Sin embargo, la experiencia en terreno mostró que la gestión local y la preparación ciudadana no estuvieron a la altura de la alerta.

“Aunque el aviso fue claro, la comunicación no llegó de manera efectiva a todas las comunidades rurales y cordilleranas”, señala un experto en gestión de riesgos climáticos. Esta brecha evidenció diferencias regionales y sociales en el acceso a la información y en la capacidad de respuesta ante eventos meteorológicos severos.

En el plano político, la situación reavivó el debate sobre la inversión en infraestructura para la mitigación de riesgos naturales. Representantes de zonas afectadas criticaron la falta de planes integrales que consideren la creciente frecuencia e intensidad de estos fenómenos, mientras que sectores gubernamentales destacaron la mejora en los sistemas de alerta temprana desde años anteriores.

Voces ciudadanas y el impacto social

Habitantes de localidades cordilleranas relataron momentos de tensión por cortes de electricidad y daños menores en viviendas, pero también expresaron frustración por la ausencia de apoyo inmediato. “Nos sentimos olvidados, la alerta llegó tarde y nadie nos orientó sobre cómo actuar,” afirmó una vecina de la precordillera de O’Higgins.

Por otro lado, organizaciones ambientalistas aprovecharon la ocasión para recordar que estos eventos forman parte de un patrón climático que se intensifica con el cambio climático, y que requieren un enfoque multisectorial para su manejo.

Constataciones y lecciones a futuro

Este episodio confirma que, pese a los avances técnicos en la predicción meteorológica, la gestión del riesgo y la comunicación efectiva siguen siendo asignaturas pendientes en Chile. La distribución desigual de recursos y la fragmentación territorial complican la preparación y respuesta, especialmente en zonas rurales y cordilleranas.

Además, el fenómeno pone en evidencia que la adaptación al cambio climático debe ser una prioridad transversal, que involucre no solo a organismos científicos y autoridades, sino también a las comunidades locales y a la sociedad civil en general.

En conclusión, las tormentas eléctricas de abril de 2025 no solo fueron un evento meteorológico pasajero, sino un espejo de las tensiones y desafíos que Chile enfrenta para convivir con un clima cada vez más volátil. La pregunta que queda abierta es si la lección será suficiente para impulsar un cambio profundo en la preparación y resiliencia del país frente a futuros episodios similares.

---

Fuentes consultadas incluyen los reportes oficiales de la Dirección Meteorológica de Chile, análisis de expertos en gestión de riesgos climáticos, testimonios de comunidades afectadas y evaluaciones de organizaciones ambientalistas.