La bancada del Partido de la Gente frente a su espejo: entre la ausencia de liderazgo y el desafío de la cohesión

La bancada del Partido de la Gente frente a su espejo: entre la ausencia de liderazgo y el desafío de la cohesión
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Partidos políticos
2025-12-01
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Fracaso de liderazgo, fractura interna y revancha política: el drama de la bancada del PDG revelado tras dos años de convulsiones y desencuentros.

En el escenario político chileno, pocas historias recientes han exhibido una tragedia tan pública y descarnada como la de la bancada del Partido de la Gente (PDG). Elegida en 2021 con seis diputados, la bancada se desintegró casi por completo en menos de dos años, dejando tras de sí un rastro de denuncias, expulsiones y renuncias. Hoy, con 14 nuevos diputados electos para el período que comienza en marzo de 2026, la colectividad enfrenta el reto de evitar que el pasado se repita.

Un liderazgo ausente y un grupo de desconocidos

El núcleo del fracaso radica en la figura de Franco Parisi, líder carismático pero distante, quien nunca logró consolidar un liderazgo efectivo para su bancada. “Parisi no tuvo liderazgo para manejar la crisis, y al final ayudó a dividir la bancada”, afirma la diputada Yovana Ahumada, exjefa del grupo parlamentario.

Los diputados electos en 2021 llegaron a la Cámara sin conocerse entre sí, en medio de la pandemia y con una comunicación limitada a plataformas digitales. La diversidad ideológica dentro del grupo —que incluía posturas progresistas y conservadoras— terminó por fragmentar cualquier intento de unidad. “No éramos amigos, no éramos conocidos, no habíamos compartido nada”, recuerda el diputado Rubén Oyarzo.

La fractura pública y sus consecuencias

El quiebre definitivo se produjo en octubre de 2022, cuando la bancada se dividió en torno a la elección del presidente de la Cámara. Mientras una facción apoyó al liberal Vlado Mirosevic, otra se opuso, rompiendo un acuerdo administrativo con el oficialismo. La disputa desencadenó represalias internas, con sanciones y exclusiones que llegaron hasta la presentación de denuncias ante la Policía de Investigaciones por supuestas irregularidades en la aplicación de esas sanciones.

En el proceso, varios diputados renunciaron al partido o fueron expulsados, dejando a la bancada reducida a cero en 2024. La desconfianza y el resentimiento hacia Parisi y su equipo fueron unánimes, aunque con matices: mientras algunos lo culpan directamente, otros señalan la ausencia de una directiva nacional cohesionada y la falta de diálogo interno.

Voces enfrentadas y miradas regionales

Las posturas dentro y fuera del PDG reflejan tensiones profundas. Algunos exmilitantes critican la falta de preparación política y la improvisación de la colectividad, mientras que otros advierten que el problema radica en la personalidad y estilo de Parisi, más enfocado en la economía que en la gestión política.

Desde regiones, diputados electos como Fabián Ossandón (Antofagasta) destacan la necesidad de construir una agenda legislativa sólida y un equipo cohesionado, mientras que la diputada Pamela Jiles, figura emblemática del PDG, apuesta por un liderazgo fuerte y una bancada unida para evitar repetir errores.

El desafío de la nueva bancada: ¿aprendizaje o repetición?

Con 14 diputados electos, el PDG buscará este 12 de diciembre definir su hoja de ruta y elegir a su jefatura de bancada, con Pamela Jiles como favorita. La presencia de Parisi como expositor principal en el encuentro es un gesto que intenta recuperar la unidad, aunque genera inquietudes por la sombra del pasado.

“Partimos como un partido muy pequeñito, con mucha falta de experiencia. Hoy después de cuatro años maduramos con porrazos”, reconoció Zandra Parisi, diputada electa y hermana del líder.

La consulta digital que realizará el partido para definir su postura en la segunda vuelta presidencial —entre apoyar a José Antonio Kast, a Jeannette Jara o el voto nulo— evidenciará además las tensiones internas, con figuras que ya han declarado posiciones opuestas.

Conclusiones: verdades y consecuencias

La historia del PDG en el Congreso chileno es una lección sobre la complejidad de convertir un movimiento electoral espontáneo en una bancada parlamentaria estable y cohesionada. La ausencia de liderazgo efectivo, la falta de diálogo interno y la diversidad ideológica sin un proyecto común fueron factores decisivos en su caída.

El desafío ahora es evidente: construir una bancada que aprenda de sus errores, que integre sus diferencias y que se prepare para ejercer una oposición o un rol legislativo con responsabilidad y coherencia.

La experiencia pasada también deja claro que un liderazgo carismático no basta sin una estructura política sólida y un equipo cohesionado. El PDG, en su segundo intento, deberá demostrar si es capaz de superar la tragedia de su primera bancada o si el ciclo de fracturas y renuncias se repetirá, con las consecuencias que ello implica para la representación ciudadana y la estabilidad política.

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Fuentes: La Tercera (2025-12-01), declaraciones de diputados electos y exmilitantes del PDG, análisis de contexto parlamentario.