La guerra comercial global: ¿resistencia o desgaste irreversible? : Un año después, las consecuencias en Chile y el mundo

Un año después del inicio formal de la guerra comercial impulsada por Estados Unidos, el escenario global muestra signos claros de desgaste y transformación. El 5 de abril de 2025, el entonces presidente Donald Trump reconoció que "la guerra comercial no será fácil" y llamó a "resistir" ante las represalias de China y otros países. Desde entonces, las tensiones arancelarias y las medidas proteccionistas han marcado un ciclo de confrontación económica que ha impactado a Chile y al resto del mundo de formas complejas y multifacéticas.

Origen y evolución: del optimismo a la incertidumbre

La estrategia estadounidense buscaba recuperar empleos y fortalecer la industria local mediante un arancel global del 10%, afectando tanto a aliados como a rivales, incluido Chile. "Esto es una revolución económica y la vamos a ganar", proclamó Trump en su momento, convencido de un triunfo histórico. Sin embargo, la respuesta china, con aranceles del 34% sobre productos estadounidenses, y la reacción de la Unión Europea, entre otros actores, desencadenaron una cadena de represalias que han tensionado el comercio mundial.

Perspectivas enfrentadas: entre la resistencia y el desgaste

En Estados Unidos, sectores industriales y políticos aliados a la administración Trump defendieron la medida como una defensa necesaria frente a prácticas comerciales desleales. Por otro lado, expertos económicos y empresas advirtieron sobre la subida de precios internos y el riesgo de recesión. En Chile, la imposición de aranceles generó preocupación en exportadores y consumidores, evidenciando la vulnerabilidad de economías abiertas a shocks externos.

Desde una óptica política, la guerra comercial ha profundizado la división entre quienes ven en la confrontación una oportunidad para renegociar términos y quienes alertan sobre un aislamiento económico perjudicial. Regionalmente, países de América Latina enfrentan un dilema entre alinearse con Estados Unidos o diversificar sus relaciones para mitigar riesgos.

Impacto socioeconómico en Chile: un dolor silencioso

Aunque el flujo de noticias inmediatas minimizó inicialmente el efecto, con el tiempo se han evidenciado consecuencias tangibles. Las exportaciones chilenas sufrieron una caída del 7% en sectores clave como la minería y la agroindustria durante el último año. La inflación importada también afectó el poder adquisitivo, especialmente en hogares de menores ingresos.

Voces desde la sociedad civil y gremios empresariales han expresado inquietudes sobre la necesidad de adaptar la matriz productiva y fortalecer cadenas de valor internas para reducir la dependencia externa. “No podemos seguir siendo espectadores pasivos de conflictos que nos llegan de lejos”, afirmó un representante del sector exportador.

Constataciones finales: ¿qué verdades emergen tras el conflicto?

La guerra comercial global ha puesto en evidencia la fragilidad de un sistema económico interdependiente y la dificultad de aplicar soluciones unilaterales sin costos colaterales. La retórica de la resistencia, en palabras de Trump, se traduce en un desgaste prolongado que afecta a múltiples actores, incluidos aquellos que no forman parte directa del conflicto.

En Chile, la experiencia invita a reflexionar sobre la necesidad de diversificación económica y estrategias de resiliencia frente a choques externos. La polarización política y económica en torno a la guerra comercial también revela la importancia de un debate informado y plural, que reconozca las tensiones sin buscar simplificaciones.

A casi un año del llamado a resistir, el desafío es mayor: entender que en la arena global las victorias absolutas son ilusorias y que la adaptación y cooperación pueden ser las verdaderas herramientas para enfrentar la incertidumbre.

Fuentes: Cooperativa.cl, análisis de expertos económicos internacionales, gremios exportadores chilenos, informes de comercio exterior 2025.