
Un desafío sin tregua. Desde abril de 2025, Estados Unidos implementó un conjunto de aranceles que impactaron directamente a sus socios comerciales, entre ellos Chile. La administración estadounidense, liderada por un Donald Trump que reafirmó con vehemencia: 'Mis políticas jamás cambiarán', no cedió ante las presiones internacionales ni las señales de tensión en los mercados globales.
La controversia comenzó con un gravamen general del 10% a las importaciones, que se elevó a un 20% para productos provenientes de la Unión Europea y porcentajes variables para otros países, en una estrategia que buscaba, según la Casa Blanca, equilibrar el comercio y proteger la industria local. China respondió con un arancel recíproco del 34%, elevando aún más la tensión comercial.
Voces en pugna. Desde el ámbito político, la administración estadounidense defendió la medida como una oportunidad para fortalecer la economía nacional. En contraste, representantes de la Unión Europea y de países latinoamericanos, incluido Chile, criticaron la decisión, advirtiendo sobre los riesgos de una guerra comercial que podría afectar la estabilidad económica regional.
En Chile, el sector exportador mostró preocupación por el aumento de costos y la potencial pérdida de competitividad. Sin embargo, algunos expertos locales señalaron que esta coyuntura podría impulsar una diversificación en los mercados y fomentar la innovación en las cadenas productivas.
Impacto en los mercados y la economía real. Los mercados reaccionaron con volatilidad: caídas en bolsas mundiales y un fortalecimiento del dólar fueron las primeras señales visibles. A mediano plazo, la incertidumbre generada por estas políticas contribuyó a una desaceleración en la inversión extranjera directa y a reajustes en las estrategias comerciales de empresas multinacionales.
Miradas desde la sociedad civil. Organizaciones empresariales y sindicatos expresaron opiniones divididas. Mientras algunos empresarios valoraron la protección temporal que brindaban los aranceles, sectores laborales temieron que la escalada proteccionista pudiera derivar en pérdidas de empleo y encarecimiento de productos.
Conclusiones y aprendizajes. A ocho meses de la implementación de estas políticas, queda en evidencia que la rigidez en la estrategia arancelaria estadounidense ha generado un escenario de incertidumbre global con efectos palpables en economías interdependientes como la chilena. La disputa comercial no solo expone las limitaciones de un modelo basado en medidas unilaterales, sino que también abre un debate sobre la necesidad de mecanismos multilaterales más efectivos para gestionar las tensiones económicas.
Este episodio recuerda que en la arena económica global, cada movimiento tiene repercusiones que trascienden fronteras, y que la firmeza en las políticas debe sopesarse con la flexibilidad necesaria para evitar daños colaterales que afectan a todos los actores involucrados.
2025-11-12
2025-11-12