
El Black Friday 2025 cerró este lunes 1 de diciembre, marcando un hito con su extensión a cuatro días consecutivos de ofertas y promociones en Chile. Desde el viernes 28 de noviembre hasta la medianoche del lunes, 460 marcas físicas y digitales participaron en esta jornada, organizada por la Cámara de Comercio de Santiago (CSS), con descuentos en más de 20 categorías, que abarcaron desde electrónica hasta viajes.
Este evento, que se ha consolidado como una antesala clave para las compras navideñas, dejó lecciones claras y puntos de tensión que merecen un análisis pausado.
En el terreno local, firmas como Falabella, Ripley, Cencosud y Latam fueron las más beneficiadas, según análisis de expertos de XTB Latam. 'El consumidor chileno llega a este Black Friday con hábitos de compra mucho más consolidados que hace algunos años', señaló Gonzalo Muñoz, analista de mercados, destacando la importancia de la omnicanalidad y la posibilidad de retirar productos en tiendas físicas como factores decisivos.
Por otra parte, la categoría de electrohogar, tecnología, supermercado y moda concentraron el mayor interés de los compradores. Latam, la aerolínea, también registró un repunte, reflejando el ánimo de los consumidores ante la temporada estival.
Desde una mirada empresarial, el Black Friday representa un impulso vital para el comercio minorista y el e-commerce. 'Para los inversionistas, el Black Friday es más que un gran impulso en las ventas: es un indicador en tiempo real de la confianza del consumidor', afirmó Ignacio Mieres, head of research de XTB Latam.
Sin embargo, no todos ven este fenómeno con optimismo. Organizaciones de consumidores y expertos en sostenibilidad advierten que la extensión del evento puede fomentar un consumo excesivo y poco responsable, además de tensionar a los pequeños comerciantes que no cuentan con la capacidad para competir en descuentos o logística.
'La presión por mantener precios bajos y promociones constantes puede afectar la calidad del servicio y la sustentabilidad del comercio local', explicó una representante de una asociación de consumidores, que prefirió mantener el anonimato.
Los compradores, por su parte, vivieron una experiencia ambivalente. Por un lado, la posibilidad de acceder a descuentos en múltiples categorías y usar herramientas digitales como la aplicación CyberApp para filtrar productos según intereses, facilitó la compra. Por otro, la saturación de ofertas y la extensión del evento generaron cierto desgaste y ansiedad en usuarios menos acostumbrados al formato.
Además, el sistema de Resolución en Línea, que facilitó acuerdos rápidos entre consumidores y empresas, fue valorado como un avance en protección al consumidor, aunque con limitaciones en su alcance.
El Black Friday 2025 en Chile confirma la consolidación de esta fecha como un pilar del comercio moderno, con un impacto palpable en la economía y en la conducta del consumidor. Sin embargo, la extensión a cuatro días y la masividad del evento plantean interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo, la equidad para los distintos actores del mercado y el verdadero beneficio para los consumidores.
La experiencia deja claro que, más allá de la euforia de las promociones, se requiere un equilibrio que permita aprovechar las oportunidades sin sacrificar la diversidad comercial ni la responsabilidad social y ambiental.
En definitiva, el Black Friday chileno se ha transformado en un espectáculo donde convergen la expectativa, la presión y la oportunidad, y donde cada actor —desde la gran empresa hasta el comprador ocasional— juega un papel que merece ser observado con distancia y reflexión.
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Fuentes: Cámara de Comercio de Santiago (CSS), XTB Latam, Diario Financiero, La Tercera.