
El 4 de abril de 2025 marcó un punto de inflexión en la volatilidad cambiaria chilena, cuando el dólar alcanzó un valor récord de $971,25, su mayor alza diaria desde noviembre de 2022. Este fenómeno no fue un accidente local, sino la manifestación directa de una disputa comercial global que se ha ido incubando desde meses antes.
La chispa: China anunció aranceles del 34% a las exportaciones estadounidenses, en respuesta a medidas similares impuestas por Estados Unidos, en una escalada que expertos denominan una "guerra comercial renovada". En Chile, país altamente dependiente del comercio exterior, este choque entre superpotencias ha generado un efecto dominó sobre el tipo de cambio y la percepción de riesgo en los mercados.
Desde la perspectiva de los sectores exportadores chilenos, la subida del dólar ha sido una espada de doble filo. Por un lado, "una moneda más fuerte puede beneficiar a quienes venden al exterior, aumentando sus ingresos en pesos", señala María Elena Rojas, economista de la Universidad de Chile. Sin embargo, "la incertidumbre y la volatilidad afectan la inversión y la planificación a mediano plazo", advierte Carlos Fuentes, analista del Banco Central.
En contraste, para las familias y consumidores, la depreciación del peso implica un encarecimiento de productos importados y presiones inflacionarias. "El alza del dólar se traduce en mayor costo de vida, especialmente en bienes tecnológicos y combustibles", comenta Ana María López, dirigente vecinal en Santiago.
El Gobierno ha intentado transmitir calma, enfatizando que "Chile cuenta con reservas y políticas macroprudenciales para enfrentar volatilidades externas". No obstante, sectores opositores critican la falta de medidas más audaces para mitigar el impacto en la población y la economía real.
Mientras, algunos economistas liberales proponen aprovechar la coyuntura para acelerar reformas estructurales que fortalezcan la competitividad, mientras que voces más críticas alertan sobre los riesgos de una excesiva dependencia del dólar y la necesidad de diversificar la matriz productiva.
Tras ocho meses desde el inicio de esta escalada arancelaria, se puede constatar que la interdependencia económica global expone vulnerabilidades que Chile no puede ignorar. La volatilidad cambiaria ha puesto en evidencia la necesidad de políticas públicas que equilibren la apertura comercial con mecanismos de protección social y estabilidad macroeconómica.
Además, la disputa entre China y Estados Unidos ha reavivado debates sobre el rol de Chile en la geopolítica comercial mundial, y su capacidad para navegar entre potencias sin sacrificar desarrollo ni bienestar.
En definitiva, esta crisis no es solo un episodio pasajero, sino una invitación a repensar la estrategia económica nacional en un mundo cada vez más incierto y fragmentado.
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Fuentes: La Tercera, Banco Central de Chile, Universidad de Chile, entrevistas a expertos y dirigentes sociales.
2025-11-11